La ballena azul (Balaenoptera musculus) es el animal más grande que se conoce en la historia. Se sabe que estos enormes mamíferos marinos alcanzan hasta 110 pies (34 metros) de largo, y los más grandes probablemente pesan al menos 150 toneladas (136 toneladas métricas), según las pesquerías de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA). Eso es un poco más de dos veces la longitud de un autobús escolar y más de tres veces el peso de un camión semirremolque.

"Nunca dejas de impresionarte por la fuerza y ​​la presencia de estos animales", dijo Richard Sears, biólogo marino y fundador del Estudio de Cetáceos de la Isla Mingan, una organización de investigación sin fines de lucro que estudia los mamíferos marinos. La enormidad de una ballena azul puede no ser obvia desde la superficie del agua, pero "cuando estás al lado de una ballena azul bajo el agua, es magnífico", dijo Sears. "Ahí es cuando tu corazón se bombea".

Las ballenas azules pertenecen a un grupo de ballenas llamadas rorcuales, que son ballenas con pliegues o surcos en la piel que permiten que sus bocas se expandan para tragar grandes volúmenes de agua cuando se alimentan. Muchos científicos describen a las ballenas azules como pertenecientes a una de las tres subespecies, con grupos en el hemisferio norte y la Antártida, y una tercera, las ballenas pigmeas (B. musculus brevicauda), en los océanos Índico y Suroeste del Pacífico. Las ballenas azules pigmeas son más pequeñas, pero aún pueden crecer hasta 79 pies (24 m) de longitud.

Los antepasados ​​lejanos de las ballenas azules tenían patas y caminaban por tierra, pero se aventuraron en el agua para encontrar comida. A lo largo de muchas generaciones, estas criaturas desarrollaron adaptaciones adecuadas para vivir en el agua a tiempo completo, como aletas, grasa y sopladuras. Aunque el registro fósil es turbio, las investigaciones sugieren que algunos de estos animales perdieron sus dientes y se alimentaron chupando sus presas en sus bocas. Se cree que estas ballenas antiguas y desdentadas eventualmente desarrollaron barbas (placas similares a pinceles con pequeños huecos) para filtrar los alimentos del agua que estaban aspirando.

La investigación publicada en 2017 reveló que las ballenas azules probablemente empezaron a crecer a un tamaño tan grande solo relativamente recientemente, desde un punto de vista evolutivo, quizás en los últimos 3 millones de años.

Las ballenas azules han tenido éxito en alcanzar su enorme tamaño debido a que su entorno acuático es compatible con la mayor parte de su masa en comparación con los animales en tierra, y se han adaptado para alimentarse tan eficientemente con krill, dijo Sears.

Las ballenas azules se encuentran en los océanos de todo el mundo. Los científicos realizan un seguimiento de las poblaciones en los océanos Pacífico Norte y Atlántico, así como las ballenas en todo el hemisferio sur.

Las ballenas migran largas distancias para encontrar comida en aguas frías y crías traseras en áreas más cálidas durante los meses más fríos del año. Estos viajes se extienden desde los trópicos hasta los círculos polares y cubren miles de millas.

Algunas ballenas han sido vistas regresando a los mismos lugares año tras año, pero no siempre. La búsqueda de ballenas en barco tiene sus limitaciones, dijo Sears, por lo que a menudo los investigadores no tienen claro si las ballenas "desaparecidas" simplemente fueron a otro lugar ese año, o simplemente no fueron vistas por los observadores de ballenas.

Las ballenas azules casi exclusivamente comen krill, pequeñas criaturas parecidas a los camarones. Las ballenas buscan grandes concentraciones de sus diminutas presas, que engullen en una gran cantidad de agua, a veces girando mientras lo hacen. El agua en una de esas enormes masas pesa tanto como la ballena en sí misma, Robert Shadwick, un investigador de biomecánica animal en la Universidad de Columbia Británica, dijo previamente a Live Science.

Las ballenas empujan el agua de vuelta a través de su filtro de barba, que atrapa el krill. A diferencia de las ballenas dentadas, las ballenas azules carecen de dientes y en su lugar tienen barbas, que son placas delgadas y semirrígidas que crecen desde la parte superior de la boca de la ballena. Las placas están alineadas entre sí y están hechas de una proteína llamada queratina, la misma proteína que forma las uñas y el cabello. La cantidad de krill que captura una ballena azul en un trago de agua puede proporcionar casi medio millón de calorías de energía.

Los científicos estiman que las ballenas azules pueden vivir entre 80 y 90 años. Sears ha estado rastreando ballenas azules en el Océano Atlántico Norte por más de 40 años, y continúa viendo a algunas de las mismas personas que vio cuando comenzó.

Una de las razones por las que las ballenas azules pueden vivir tanto es su falta de depredadores. Los terneros de ballena azul son lo suficientemente pequeños como para ser atacados ocasionalmente por las orcas, pero las ballenas adultas son tan grandes que incluso los depredadores más viciosos del océano se mantienen al margen. Los humanos representan la mayor amenaza para la supervivencia de una ballena azul.

Las ballenas azules pueden comunicarse a través de largas distancias con llamadas extremadamente fuertes y de tono bajo que están por debajo del rango de audición humana. Los científicos aún están aprendiendo sobre el contexto para estas llamadas y el comportamiento de apareamiento.

Las ballenas azules parecen alcanzar la madurez sexual en algún lugar alrededor de los 9 años de edad, pero los investigadores y los rastreadores de ballenas no han podido determinar si existen regiones específicas de cultivo para las ballenas azules.

Lo que los científicos saben, sin embargo, es que las ballenas azules suelen dar a luz a terneros solteros, que miden entre 20 y 23 pies (6 a 7 m) de largo y pesan hasta 6,000 libras. (2.700 kilogramos). Las becerras amamantan durante seis a ocho meses y pueden quedarse con sus madres hasta que tengan entre 2 y 3 años.

El World Wildlife Fund enumera a las ballenas azules como en peligro de extinción. La caza comercial de ballenas ya no es la principal amenaza que alguna vez fue, pero el cambio climático, la contaminación, el ruido producido por el hombre y el tráfico marítimo siguen siendo preocupaciones. No obstante, según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza y los Recursos Naturales (UICN), la población mundial de ballenas azules está aumentando.

Sears estima que puede haber entre 10,000 y 18,000 ballenas azules en todo el mundo. Es difícil para los expertos determinar un tamaño de población más exacto debido a que las ballenas azules atraviesan partes tan extensas del océano, lo que las hace difíciles de rastrear, dijo Sears. "Realmente no lo manejamos".

Y aunque las ballenas azules son criaturas gigantescas, todavía son muy buenas para esconderse de los humanos. Las ballenas frecuentemente pueden contener la respiración durante 20 minutos a la vez y viajar largas distancias en ese tiempo, lo que dificulta su seguimiento, incluso una vez que han sido observadas, dijo Sears. "Las áreas de estudio que nos damos a nosotros mismos ya pueden ser bastante amplias en términos humanos, pero en la escala de las ballenas azules, es una broma", dijo.

Sears estima que los investigadores pueden vislumbrar solo el 5 por ciento de la vida de la ballena azul cuando se acercan lo suficiente para la observación. Las décadas restantes de la vida de una ballena azul pueden ser más fáciles de documentar con tecnología como drones y etiquetas satelitales mejoradas. Puede ser necesario que dos o tres generaciones de biólogos, dijo Sears, antes de que haya una comprensión "cómoda" del comportamiento de la ballena azul y las interacciones sociales.