CAPITULO II - EL PRINCIPIO DE TODO

in spanish •  7 years ago 

Transcurrieron dos semanas luego de haber conversado, durante ese tiempo no supe nada de Carolina. Simplemente quería limitarme a volverla a ver con tan penosa actitud. Me limité a ir a lugares donde podría encontrarla por casualidad. Pero la ciudad es chica, y no tardó mucho en llamar luego de haberme visto por casualidad en un centro comercial cercano a su departamento.

–Hola, Jared –Dijo con un tono de voz quebrada.

–Carolina… ¿Cómo estás? –Realmente me interesaba saber cómo estaba.

–Cansada de todo esto.

–“Esto” ¿Qué sucede?

–De lo que fui, soy, y seré. De que no me quieras creer. De que no me queda tiempo. De que quería más contigo. De que te enfrascaste en tus tontas opiniones lógicas. Decidiste no creerme. Te alejaste de mí. Me decepcionaste con esa distancia que marcaste…

–Carolina –Interrumpí– intenté creerte. Me dispuse a entrar en tu mundo de fantasías. Pero no pude continuar. Te iba a hacer daño fingiendo. Disfruto de tus historias, me transportan completamente a otra dimensión. Pero eso es lo que son: “historias”.

– ¿Historias? Te las conté como anécdotas, no como historias. ¡Entiéndelo, Jared, es real todo! ¡Jamás te he mentido! Por una vez en tu vida deja tu lógica a un lado.

–Ya lo intenté, y fracasé.

–No fracasaste, aprendiste. Sigue haciéndolo. No intentes solo hazlo.

Tomé varios segundos para asimilar y responder.

–Lo haré –Respondí– enséñame ese mundo fabuloso del que tanto hablas.

–Te espero en mi departamento mañana a las 3:00 p.m. no tardes.

En el transcurso de la madrugada no pude cerrar los ojos. El hecho de pensar en lo que había conversado con Carolina me tenía con miles de preguntas atravesando cada pensamiento lógico. Diría que fue por haber tomado mucho café esa noche, pero aquella charla con Carolina estaba sobre llevándome a niveles de frustración muy altos. Cuando quise conciliar el sueño sonó la alarma. Para mi suerte aún contaba con ciertas horas para descansar y luego ir a verla.

A horas del mediodía sentí un sonido irritante entre mis pámpanos.

– ¿Aló? –Respondí tratando de abrir aún los ojos.

–¡¡Buenos días, Jared!! ¡Arriba que hoy tenemos un gran día!

–Carolina, estaba durmiendo… ¿De dónde sacas tanta energía? –Siempre envidié eso de ella.

–No te creas tan importante, tienes que dejar de dormir tanto. ¡¡Arriba!!

–Lo intenté, pero nuestra conversación de ayer no me dejó dormir.

– ¡JAJAJA! ¡¡Levántate!!

–Okay okay, te llamo cuando vaya en camino. Gracias por despertarme y sacarme del maravilloso sueño que estaba teniendo con la afrodita de mis sueños.

–Eres un tonto, apresúrate.

– ¿Tonto por extrañarte?

–No. Hablamos luego, ve a bañarte y haz lo tuyo. Te espero.

Inmediatamente me levanté e hice todo lo cotidiano en las mañanas: lavar mis dientes, bañarme, vestirme e ir a ver las noticias mientras desayunaba. Al terminar de lavar los platos tomé mis cosas y le mande un texto a Carolina diciendo que iba en camino. No tardé mucho tiempo en llegar y allí se encontraba ella, esperándome afuera del edificio para luego dirigirnos a su departamento. Comencé a reír cuando vi que espontáneamente brincaba como niña, mostrándome la hermosa sonrisa que la caracterizaba. A la vez me iba acercando, de pronto ella se arrojó hacía mí y deslizo sus brazos desde mi cintura hasta la espalda apretándome fuertemente, dejando salir toda esa ternura que tenía acumulada.

–Me hacías falta Jared, ¿Preparado?

–Y tú a mí pequeña saltamontes. Preparadísimo.

Tomó mi mano y nos encaminamos hacía su departamento. Cordialmente me ofreció un vaso de jugo e instó en que me sentara. Minutos después de haber servido se dirigió hasta donde estaba me hallaba sentado, e inclinándose dispuso de mi mano para posar el vaso y tomar asiento. Quedamos frente a frente. Mientras disfrutaba del jugo se fue marcando una ondulación en sus labios mostrándome nuevamente tan fulminante sonrisa que llegaba directo a mi corazón y quebraba toda ira u otro sentimiento similar.

Estaba esperando con ansías el momento que ella respondería mis preguntas. No entendía aún de qué se trataba pero la incertidumbre por saber se hacía cada vez más presente.

–Jared sé que he sido algo misteriosa con respecto a las anécdotas que te doy a conocer. Entiendo tu punto de vista mejor que cualquiera. Te pido perdón. Al finalizar todo esto solamente espero que no pienses lo peor de mí.

–Gracias por entenderlo. –Respondí – Te pido también perdón por tanta arrogancia e incredulidad de mi parte. Intento cada vez más creer en tus palabras, pero ya sabes… Las viejas costumbres no son fáciles de hacer a un lado.

Carolina se disponía a demostrarme una vez más que no estaba hablando incoherencias. Que por más difícil que sea de entender, era real todo lo que me comentaba. Con un roce dócil sacó de su bolso nuevamente el cuadro viejo y deteriorado, colocándolo en la mesa.

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Termino feliz y no dark. Felicidades

Todavía falta jajajajaja

Va muy bien, espero el próximo capítulo.

Graciassss. Pronto monto el tercero 😏