Ya se fue a dormir aquella persona con la que puedo hablar de cualquier cosa, ya sea una tontería o quizás un tema de importancia. Me cuesta creer que hace meses la conocí y me pareció tan común, tan igual entre las demás. Tan extrovertida y alocada que no pensé congeniar con ella en algún momento de mi vida.
Recuerdo el momento en que me habló, fue algo sin sentido, una vía algo diferente y un momento inesperado. Ya conocía su nombre, me resultaba fácil recordarlo -Siendo malo para recordar nombres-, así que en ese instante pude conocer más a fondo a dicha persona. Su carisma, su alocada forma de ser, su personalidad me comenzó a agradar con el transcurrir de los días y mientras más conocía de ella, más seguro me sentía y mas vulnerable me volvía, ya que también le iba abriendo puertas a mi vida y a cada parte de mi alma.
Esto no es una historia de amor, ni mucho menos una historia de dolor. Es un fragmento de mi vida, en el cual quiero dar a conocer la importancia que tiene esa persona en mi, en mis pensamientos infinitos e incoherentes. Agradezco a Dios por su vida, por los momentos que me ha permitido en compartir con ella, con oírla y con verla de una manera única cuando su sonrisa va de oreja a oreja… Ella, es realmente hermosa.