El perro de papá.

En los últimos días de su vida mi padre ya era un hombre mayor y tenía problemas del corazón. Siempre fue muy amoroso con sus hijos y su esposa, muchas cosas aprendí de él, siempre pensé que era un hombre muy sabio todo un padre de familia y parte de su familia era su gran danés “camarada” nunca entendí muy bien el amor de mi padre por su amigo canino. Un día le pregunte
-¿Papa crees que él puede quererte como tú a él?
-por supuesto aunque tal vez él me quiera más de lo que yo pueda quererlo jajaja.
-es un perro solo sigue sus instintos ¿has pensado que tal vez no tenga sentido de amistad o del amor?
-hijo el amor y la amistad siempre serán lo mismo sin importar de quien lo recibas, aunque camarada no entiende una palabra de lo que digo siempre me sigue a donde voy y se sienta en las tardes a hacerme compañía, a veces me enojo y le regaño a veces sin tener razón pero él nunca me ha guardado rencor. Todos los días sigue estando para mí con sus juegos y su buen humor para hacerme compañía. A él no le importa lo que hago, como me gano la vida, si soy pobre si voy a la iglesia, solo le importa que este para él, tú me tienes a mí a tus hermanos, a tu madre y amigos, camarada me tiene a mí. Pocos amigos son tan sinceros como él lo ha sido conmigo.
Esa noche las palabras de papa quedaron dando vueltas en mi cabeza. Tal vez si halla un vínculo genuino entre ellos y yo estuve equivocado.
A la mañana siguiente recibí la terrible noticia de que papa había sufrido un infarto, mi madre y mis hermanos estaban devastados al igual que yo a pesar de que todos teníamos presente que tarde o temprano pasaría su partida no dejo de ser tan dolorosa.
Papa fue enterrado en su granja cumpliendo sus últimos deseos. Al cabo de unos meses voy a visitar a mama quien todavía guarda luto por su perdida. Fuimos a visitar la tumba de papa y al llegar aquella escena me rompió el corazón, se trataba de su perro camarada echado a un lado de su tumba.
-Desde que tu padre murió ese perro va todas las tardes hasta su tumba, se queda allí por horas, algunas veces prefiere dormir allí que en la casa, hay días en que va con una correa o algún juguete tal vez no entienda que tu padre ya no podrá volver a pasear con él o que no jugaran de nuevo pero sigue viniendo a diario, quizá para hacerle compañía, quizá esperando que aparezca, no lo sé pero lo que si se es que ese perro fue el mejor amigo que tuvo tu padre.