Cuando era mucho más joven tenía amistades que no habían sido del todo las mejores, llenaron mi vida de momentos amargos y con el tiempo me distancié poco a poco de ellas, en mí habia creció el resentimiento hacia esas personas y al tiempo compartido con ellas; y como resultado ese pasado no me había dejado apreciar las nuevas personas que constantemente llegaban a mi vida.

Recuerdo como me repetía una y otra vez, "no puedo confiar en nadie", como me culpaba a mí misma por haberlas dejado entrar a mi vida e incluso me enfoqué tanto en los malos momentos que viví con ellas, que llegue a olvidar a todas aquellas personas que me regalaron algo de felicidad en la misma época, de cierta forma, fui ingrata; me convertí en alguien solitario y casi incapaz de disfrutar las posibles buenas amistades que me daba la vida.

Muchos se preguntarán ¿cómo hice para superarlo?, realmente no tengo una fórmula secreta, sólo sé que en algún momento las dejé en mi camino como un peso inaguantable, ya no las recordaba con resentimiento (incluso casi no hablaba de ellas), las perdoné y me perdoné a misma, creo que básicamente comencé a entender que esas personas llegaron a mi vida por una razón, nada cambiará el hecho de haberlas conocido, además, comprendí que el aprendizaje fue inmenso gracias a ellas; en fin, después de un tiempo ya no habitaba en mis malos recuerdos.

Uno de los beneficios de soltar esa parte de mi pasado fue poder dejar entrar a mi corazón a varias personas que me puso el destino, pues comencé disfrutar cada momento con ellas, la verdad, ahora tengo muy buenos amigos.

Muchos dirán que no es tan fácil, pues hay personas que causan un daño tan grande, difícil de olvidar, pero no estamos hablando de sufrir amnesia repentina y olvidar todo, es simplemente curarnos a nosotros mismos, por un lado, no creen que es mejor dejar ir a esas personas y no permitir que empañen nuestro presente, ya basta de abrir constantemente la herida.

No puedo decir que he dejado de vivir completamente en el pasado, seria mentirles a ustedes e incluso a mí misma, soy consciente de lo mucho que me queda por soltar, pero sé que puedo hacerlo poco a poco, así que, día tras día trabajaré en eso.

Quizás no soy psicóloga, ni mucho menos, una persona calificada para decir que hacer o que no, pero quiero brindarles mi humilde consejo, es una fórmula matemática bastante sencilla, se resume en: “aceptar más y arrepentirnos menos”; es hora de entender que no existe una máquina del tiempo, no podemos reparar el pasado y mucho menos volver a él; no podemos recuperar el tiempo perdido, pero hay algo que si podemos hacer y es fijarnos en este hermoso presente, y disfrutarlo a plenitud; por último, me gusta pensar que cada piedra con la que tropezamos en el camino sirve para construir el hermoso futuro que estar por venir.

De igual forma quiero invitarlos, a buscar ayuda profesional (nunca esta de más ayuda extra), pues cada uno tiene su manera de lidiar con el pasado, y a veces, el soltar no es tan fácil como se cree y se necesita ayuda de un experto.

Fotografía tomada por mi persona, con una cámara digital Panasonic Lumix DMC-FS42 de 10MP

Espero les haya gustado mi relato, quise compartir un pedacito de mi vida con ustedes, espero mi experiencia les haya servido de algo, si quieren compartir conmigo sus vivencias o algún consejo, estaré encantada de leerlos.
Las fotografías que compartí con ustedes, las tomé de una cámara digital Panasonic Lumix DMC-FS42 de 10MP.
Cada imagen tiene su respectiva fuente