Otro día, otra lucha. Pareciera que esta situación de país fuese más una guerra psicológica que la convencional de armas y balas; aunque esta última es mortífera y letal no se ha de preferir, y con respecto a la primera pareciera que solo los más fuertes lograran mantenerse en pie hasta el final de todo esto sin importar lo que suceda.

Dicha reflexión viene a la mente por todo lo que se está viviendo en Venezuela, no únicamente por el factor económico sino también por los cortes programados al azar de electricidad, la escases en cierta medida de los alimentos, el desempleo, el salario mínimo que para la fecha de publicación de este artículo es de apenas 2$, la huida de personas hacia otros países -que de seguir como estamos podría llegar a los 8millones-, etc, etc...

Se que muchos se preguntan hasta o para cuando sería el acabose de lo que se está viviendo, pero tal vez la interrogante que deberíamos de plantearnos en realidad es qué es lo que necesitamos hacer para cambiar esto, algo que por los momentos no he escuchado por parte de los demás, y cuando yo me lo plateo no tengo ni idea por donde comenzar.

Puede que en cualquier momento vendrán esas luces para actuar como es debido, dando así los cambios favorables que necesitamos en nuestra sociedad. Mientras tanto toca esperar y prepararse emocional, psicológica, intelectual y espiritualmente.

Todo se hará a su debido tiempo.