¡Hola Mundo Steemit!

En estos últimos días he estado reflexionando sobre los cambios y me he cuestionado lo siguiente:

¿Por qué todo cambia? ¿Por qué los cambios son necesarios?

Al parecer cada evento en nuestra vida amerita un cambio, a pesar de que en ocasiones, se asuma una actitud de negación. Esto parece inevitable, si hacemos un ejercicio simple, como detenerse a pensar por un momento y observarse a sí mismo hasta dónde se ha llegado y asombrarnos por cuánto y dónde hemos transitado.

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Pasamos de niños a jóvenes, los años avanzan y cada día envejecemos, siempre estamos en una constante transformación, por lo que todo este ciclo fluye con naturalidad. Así como las temporadas de lluvia cesan para dar paso a la época de sequía, y en otros países cada estación cumple su tiempo necesario para mantener en equilibrio las estaciones climáticas, se debe a que la tierra va rotando en su mismo eje, y a su vez va girando alrededor del astro Sol. Entonces es inevitable detenerse, todo sigue su curso. Cada día que pasamos es diferente al anterior, aunque realicemos las mismas actividades o rutinas, estaremos moviéndonos bajo diferentes emociones, otros pensamientos, otras circunstancias. A pesar de que cada acción que ejecutemos sean mecánicas y repetitivas, nunca se realizarán exactamente iguales a las anteriores.

Como expresó el filósofo griego Heráclito:

"Nadie se baña dos veces en el mismo río."

Parece ser que las circunstancias que vivimos, por muy difíciles o por lo contrario, muy optimistas, tienden a fluctuar entre un estado y otro, pues nuestras emociones solo duran un cierto tiempo activas en nuestro sistema, pero el pensamiento recurrente nos engaña, haciéndonos creer que se prolongan.

En ocasiones, nos sentimos fatigados y aburridos de las rutinas, de las penurias que cargamos, encerrándonos en un cajón que nos imposibilita tener una mejor perspectiva del entorno, ni siquiera nos tomamos la molestia de mirar hacia arriba, de ser curiosos y trascender, nos hundimos en la miseria, en la pobreza de nuestros pensamientos y desmotivados tratamos de llevar el día a día.

Pero llevar una vida monótona sería aburrido. ¿Cómo podríamos concebir un mundo con los mismos gustos que las demás, los mismos colores, vestimenta, una forma de vida que pierde el interés de la misma vida en sí?, no habría superación para mejorar nuestro estado actual y saltar de ese estado. ¿Cómo podríamos valorar todo aquello que da sentido a nuestra vida, si no sabríamos distinguirlo a través de la pérdida?, ¿Cómo añorar un estado de paz, cuando nunca hemos pasado por la guerra?, ¿Cómo saber que hay abundancia, si no hemos pasado por la carencia?, ¿Cómo reconocer que estamos felices si no hemos pasado penurias?, ¿Cómo sentir la satisfacción que has logrado por obtener y cumplir tus metas cuando no te has atrevido siquiera a soñar?

Vamos por la vida llenándonos de cosas insustanciales y pasajeras porque no rompen la barrera del sistema, y por ende, nos mantiene atados y corriendo en círculos.

Es muy difícil, y genera un impacto muy grande cambiar nuestro sistema de creencias, forjar nuevos hábitos y comenzar con nuevas rutinas. Quizá, si aceptamos nuestra situación, sería más llevadero el sendero que se debe transitar, manejamos expectativas desde diferentes escenarios que se asemeje a nuestra realidad, tratando de comprender nuestra posición.

Parece paradójico entonces, tratar de no dejar nuestras zonas de comodidades, pero anhelamos que nuestra situación cambie para bien. Cuando se trata de situaciones negativas, como un cambio brusco y radical nos genera un gran impacto, y nos cuesta afrontarlo, como la muerte de un ser querido, una enfermedad, una situación económica, una ruptura, y la razón es porque nos duelen las pérdidas y nos aferrarnos a ello. Luchar en contra de un cambio es resistirnos, no nos ayuda de manera positiva para comprender las transformaciones.

De igual forma, hay cambios que se van dando gradualmente, no nos generan un impacto tan repentino porque tratamos de ser conscientes de ellos y lo damos por sobreentendido, esto no quiere decir que no nos sorprendan. Por otro lado, hay cambios que prevemos y son planificados, y por ende, podemos afrontarlo con mejor desenvolvimiento, porque hemos aceptado que de alguna forma iban a pasar. En ocasiones, tratamos de postergarlos, o evadirlos, pero como hemos mencionado, los cambios siempre serán inevitables, por lo que resistirnos a ellos no nos ayudarán a afrontarlos con la mejor actitud para superarlos.

Lo que deberíamos evaluar, es el aporte que nos puedan traer los cambios, muchas veces son necesarios para distinguir y diferenciar una situación de otra y poder valorar todo cuanto nos rodea. Naturalmente todo cambia, y ese evento también nos cambia, podemos pensar diferente, a crecer y aunque todo cambie muchas cosas mantendrán su esencia. Los cambios son sinónimos de posibilidades y podemos decidir cómo queremos estar y qué elegir.

¡Nos estamos leyendo!