Cine | Hong Sang-soo: el artista de la condición humana

La condición humana esta compuesta por el inabarcable  elenco de experiencias que se pueden atravesar durante la existencia vital. Entre ellas, las que están asociadas a los sentimientos son, sin duda, las que dejan una impronta casi imborrable en nuestra mente y, más que la exposición, es la intensidad las vuelve indelebles. 

Fuente

Es en torno a este tipo de circunstancias que orbita el universo del director surcoreano Hong Sang-soo (1960). Amores, traición, rupturas, desesperanza, engaños y arrebatos emocionales proliferan en circunstancias casi siempre excepcionales. En el mundo de Sang-soo imperan la fugacidad y los encuentros casuales. Los personajes, siempre de paso, sacados del contexto habitual, trascienden barreras que no franquearían habitualmente, se enredan en relaciones tan potentes como efímeras y dolorosas. 

Sang-soo es, además, un director prolífico, y tiene un ritmo de producción que sólo podría equipararse al de alguien como Woody Allen. En 26 años de trayectoria ha realizado 22 películas, que componen un amplio mosaico humano. Es, también, un obsesivo, tanto en el plano temático como en el técnico, sus producciones rondan las mismas ideas, con variaciones, como si se tratase de la búsqueda incesante de la perfección, de un empeño que encuentra inagotable la ínfima y a la vez infinita mutación de situaciones similares. 

Fuente

Es el surcoreano un habitual de los festivales de cine europeo y asiático. Se ha hecho con galardones fundamentales del mundillo del cine y sigue trabajando sin cesar en películas que siguen explorando estos temas que, para el mundo occidental, incluyen además el exotismo de oriente, lo universal y lo particular de las relaciones. 

En definitiva, un gigante con una capacidad fílmica y creativa que pareciera no tener límites ni sucumbir al cansancio.