Que manía de la gente, que desgracia este mundo, es un anhelo profundo que socava mi mente; me torno impaciente, brutal claustrofobia, una oscura memoria convoca a la muerte. Me siento encerrado en este nicho de agonía, siento pesar, que injusta es la vida; no logro escapar de este cuarto sellado, mi tristeza es inmesa, un viaje al pasado; impregnado del más degradante aroma, un mar de penurias que hoy me aprisiona; ¿que quieres de mi angel caído?, no lo entiendo, ¿que pasa contigo?, fuiste luz convertido en tinieblas, imponiendo distópica guerra.

Las gotas cubriendo mi rostro, me siento cual misero monstruo, pero es muy tarde, ya cedo hacia el vicio; ¿Será que he perdido el juicio?... Logro percibir gritos de dolor, me pide piedad, ese es su clamor; pero golpe tras golpe lo disfruto, maniático, insulso, mereces más que esto, lo sigo golpeando, cansado, molesto, más en su arma me concentro, golpeo su centro; ya no siento mis manos, solo es instinto, su vida desvanece... me siento distinto.