Murió Amadeo Carrizo y con él se fue una parte grande de la historia del fútbol argentino.

Amadeo Carrizo irrumpió en el fútbol argentino en los años 40 y no fue solo un arquero. Fue el inventor de un estilo de juego.

Un paradigma en el fútbol que llegó a crear escuelas de arqueros. Escuelas que generaron fenómenos como Fillol, Pumpido, Gatti y tantos otros aún fuera del equipo de Núñez.

Figuras en los seleccionados juveniles o mayor, en América o Europa.

Amadeo Carrizo fue el creador de un nuevo estilo en los arqueros.

Creador de un estilo propio. Arqueros que salen del área a pedir el balón. Que juegan con sus defensores con los pies. Que saben en que momento juegar con los pies y en que momento meter el pelotazo para sus delanteros.

Atajó en River Plate entre 1945 y 1968, siendo un indiscutido y consiguió siete campeonatos (45, 47, 52, 53, 55, 56 y 57), una Copa Ibarguren (52) y dos Copas Aldao (1945 y 47). Todo un récord de permanencia.

Después se fue al fútbol colombiano y se retiró en 1970 defendiendo los colores de Millonarios.

Creador de un estilo propio.

Capaz de evitar que un remate extremadamente difícil terminara en gol, a Carrizo se lo considera el precursor del arquero moderno. Su tarea no sólo llamaba la atención cerca de los tres postes, sino que también porque sabía jugar con los pies, un hecho que no era habitual para el fútbol de aquellos tiempos.

Quedó en la historia riverplatense con una doble gambeta a José Borrello en un Superclásico que River ganó a Boca 3-0 como local, el 31 de octubre de 1954.

Brilló en la famosa Máquina de River con fenómenos como Angel Labruna, Lousteau, Adolfo Perdernera, el charro Moreno, Adolfo Pedernera, Pipo Rossi.

Amadeo Carrizo fue considerado el mejor del siglo XX en su puesto.

No sólo un arquero.

Amadeo no fue un arquero. Fue un jugador en el arco. Fue in innovador que brindó otras cosas al espectáculo. Cambió el color de la casaca del arquero, la gorra, las rodilleras. Fue el que incorporó los guantes.

Tal vez muchos no se recuerden bien quien fue Luis Artime, los hermanos Onega. Pero nadie se olvidará quien fue Amadeo Carrizo.

Arquero del seleccionado argentino en el mundial del 1958 en una equipo formado de apuro con algunos futbolistas al final de su carrera como Labruna, Stabile y Pedernera.

Contra Checoslovaquia se comió 6 goles.

Pero después tuvo revancha en la Copa de las Naciones de 64 ganando a grandes equipos como Portugal e Inglaterra y el Brasil de Pelé derrotándolo por 3 a 0.

El mito.

River y Argentina han tenido muy buenos, excelentes arqueros. Pero ninguno se mide con Amadeo Carrizo.

Porque Carrizo no se compara ni se mide con los terrenales. Es un mito que esta viajando a un espacio para indicar en que momento hay que salir corto y en que momento hay que jugar largo.

La gente convierte en mitos a aquellos que le regalan su arte. Y Amadeo Carrizo fue un artista del fútbol. Por eso es un mito.

Fuentes consultadas.

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La Página Millonaria
TyC Sports

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