En esta publicación, en la cual he decidido compartir con ustedes hoy, no es más que otra peculiar anécdota mía, una muy personal y especial, que siendo franco llenaría de mucho orgullo y entusiasmo a un joven yo de unas 17 primaveras.

Este reto o desafío por así llamarlo, germinó espontáneamente en aquel entonces pero no tan remoto año 2016, procedente del fruto de una misteriosa pero muy poderosa fuerza de carácter casi mágico llamada; "presión" y me refiero esa misma la que sentimos sobre nuestras espaldas, cuando se nos acaba el tiempo consignado para consumar una obligación o faena en cuestión. La misma presión que tiene ese impresionante poder en algunos de dar lo mejor de sí mismo, en ese minúsculo y cada vez más reducido intervalo de tiempo previo a la fecha entrega. Esta misma fuerza que revela, que no conoces de las hazañas que eres capaz de efectuar, de manifestar hasta que eres arrinconado a los limites que tú mismo te atribuiste, fruto de esos nefastos pensamientos que decimos en nuestra zona de confort: "no puedo" o "no soy capaz, de hacer eso"

En aquel y ya arcaico 2004 un inmaduro yo que iniciaba la conversión de dibujar solo hobbies a tomarlo como algo más en prudente, ya percibiendo este agraciado pasatiempo como un expectante trabajo bien remunerado. En un ya ensombrecerte crepúsculo dentro de la casilla de cyber, atravesando los dominios del internet conocí el trabajo de ilustración de un grandioso artista de comics Stepan Seiji , mejor conocido por los colosales y muy descomunales océanos del internet como Nebezial, yo estupefacto por el sumo y muy delicado detalle al realismo en cada uno de sus dibujos llenos de vida y de tópico de fantasía y ficción, cite ente muy dañino y funesto enunciado: "Yo jamás llegare dibujar tan bien como , es algo imposible".

12 años pasaron sin más, detrás de tan negativa oración, surgida de mi persona. Recuerdo que fue en una oscura noche muy cercana a los dominós de Morfeo, próxima a las doce, preparaba un equipaje ya que en la mañana asistiría a un evento de anime y comics, en el cual tendría un espacio como retratista acorde a la temática del evento.

Poseía la Problemática de no ostentar lo suficiente para cautivar la atención del público, me negaba acudir con Morfeo hasta no dar con una solución satisfactoria, pero pasar la noche en vela no era una opción de la cual dispusiese, la mañana siguiente requeriría de todas mis fuerzas al 100%, está más de decir, mis 8 horas de sueños estaban más que obligatorias.

Esa misma noche me impuse un desafío, en el lapso de DOS horas realizaría diversos dibujos, de un reservado formato un poco más corto al de una postal, y tantos como mi mano pudiese sobrellevar. Quizás por un extraño capricho de situarme a prueba decidí duplicar los skeches de Stepan Seiji, pese que aun resonaban las palabras en mi mente, esa funesta cita de hace 12 años. Aun así seguí adelante con mi reto.

El primer logro fue un retrato de perfil de Wolverine sin su característica mascara. Y al consumarlo vislumbré que en lo respecta al lápiz sobre el papel ya dibujaba de igual forma como Stepan y que los imposibles no existen, 12 años de relativa practica no pasan en vano.

No por nada dicen que la práctica hace al maestro, fue la fugaz reflexión que roso sobre mi cabeza, en el preciso instante que vislumbraba mi desafío cumplido. Estoy consciente que aun me falta para ser considerado un maestro del dibujo como a los que suelo admirar y acudir cuando me falla la inspiración, pero estoy cerca de lograrlo, mucho mas cerca que lo que estuve hace 12 primaveras en aquel distante 2004.

Los imposibles no existen, son solo barreras que nosotros mismos nos imponemos, la verdad es que somos capases de lograr todo lo que nos propongamos, solo es cuestión del tiempo que le consagremos a alcanzar ese cometido.