¿Una solución para el mundo?

Hay muchas versiones de lo que podría ser una solución a los problemas del mundo, muchos piensan que en la tecnología, justicia o alguna receta económica se encuentra el camino, la verdad es que la raíz de todo inicia con una educación diferente, no la educación tradicional, donde pasan las horas y el profesor sigue hablando, mientras los estudiantes quedan inertes en el pupitre o haciendo prácticas que no tienen alguna utilidad en el “mundo real”, NO.

Más bien, una educación que sea crítica e integral, donde se aprenda la teoría practicando, socializando, experimentando, ya que, para el ser humano lo que no le es útil en la vida o no tiene un significado importante emocionalmente, lo olvidan.

Dicen que la primera escuela es el hogar, pero la verdad es que, la sociedad se encuentra bastante deteriorada, los padres y sus problemas hacen que la enseñanza sea difícil, sobre todo porque los padres realmente no saben cómo serlo y muchas veces por las duras circunstancias de la vida no lo entienden.

Por eso corresponde al educador, debido a su preparación y entendimiento, enseñar incluso aspectos de desarrollo personal, en todos los niveles desde el colegio hasta la universidad, porque para muchos ese lugar es su refugio, instruirlos para la vida de una manera integradora.

Por su parte, a veces los profesores se limitan a enseñar el “deber ser” o sólo teoría, lo que impide analizar los fenómenos tal cual como son y buscar alternativas a lo observado, dando como resultado profesionales que a pesar de haber estudiado por años no son capaces de transformar su entorno, por lo que se convierten en esclavos del sistema.

No es casualidad que esto funcione así, la educación al igual que la historia, la economía, la medicina y muchas otras ciencias más son manipuladas para imponer el criterio más “conveniente”, no obstante, el llamado es a que busquemos esforzarnos por una enseñanza completa, con vocación, creativa y versátil, sin separar las necesidades humanas de la preparación, debido a que una persona con mucha conciencia aporta mayor beneficio al mundo, que mil profesionales sin ella.