La Historia de Blanquito

Buenas, amigos de Steemit, hoy les contaré la historia de blanquito.

Los seres humanos son sumamente complejos y convivir con los animales a veces se vuelve un caos. Como las personas, los animales tienen su carácter definido y más si hablamos de los gatos. Nunca había tenido mascotas, mis papás se negaban rotundamente a que tuviese esa responsabilidad, éramos de los que no entendíamos la actitud de la gente hacia sus mascotas, pero el universo nos dió la oportunidad hace dos años, y realmente nos cambió la vida.

En este lado del mundo no es tan común tener gatos de mascotas, existe una preferencia enorme por los perros. Soy amante de los animales y de todo aquello que nos enseñan en el día a día, pero mi gato me ha enseñado unas cuantas lecciones de vida.

Blanquito llegó a nuestras vida en marzo del 2016, con solo tres semanas de vida, fue un regalo de un gran amigo que creía que era la mejor forma de subirme los ánimos, la primera impresión de mis papas fue: ¡estás loca, ese gato es muy pequeño! Y bueno, ese día comenzó la historia. El gato era tan pequeño que me entraba en la mano, es una combinación de angora con mestizo (lo descubrimos meses después), ni sabíamos que los gatos tenían razas, desconocíamos todos esos temas.

Como el gato era muy pequeño y no había recibido la leche materna necesaria fue todo muy complejo desde el principio. Tal como un bebé, dormía y se despertaba en las madrugadas porque quería ir al baño o simplemente jugar y desde allí fue desarrollando un vínculo con todos en casa, cada quien tenía su guardia con el por si necesitaba algo.

Muchas han sido las anécdotas que nos ha dejado pero una de las más importantes fue cuando tuvo un accidente y dejó de caminar. Se cayó de la cama, de una altura muy baja y a ciencia cierta es un poco inexplicable, pero se lastimó una de sus patas y esto le impedía caminar.

Nuestra comunicación a partir de allí se volvió impresionante, me avisaba cada vez que quería ir al baño para que lo llevará a su caja de arena y cuando quería comida. Obviamente anímicamente le afecto demasiado sentirse inútil, y según estudios no hay nada peor que un gato cuando se deprime, porque pierde totalmente las ganas de vivir. Transcurridas las semanas fue recuperándose, pero al enfermarse tan pequeño, su agilidad se fue desarrollando más lentamente.

Siempre esforcé porque tuviese comodidad y se sintiera querido y cada vez que puede me lo retribuye. No hay momento en que me sienta mal tanto física como emocionalmente que el no esté allí trasmitiéndome su energía. Porque eso sí, después de los años he investigado tanto acerca de los animales y es impresionante la cantidad de cosas que he aprendido. El poder curativo de los animales es algo grandioso, la conexión que tienen con nuestra alma, el agradecimiento y el amor que nos transmiten vale oro.

Hoy Blanquito es un gato adulto, con un carácter bien definido, educado y pulcro, amante de las caricias y nuestro fiel compañero en el hogar. La lección más grande que nos ha enseñado es que el día que dejas entrar un animal a tu vida, jamás vuelves a estar solo.