Hay autores que escriben sus historias conociendo el final de antemano, de tal manera la tensión argumental va dirigida hacia un punto exacto y ello conlleva a cargar de intensidad el texto. Con esto, no existen rodeos innecesarios en la trama, que son en su mayoría los que solemos dar cuando escribimos desde un principio y sin rumbo fijo.

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Es bueno aclarar que «escribir a partir de un final» no significa en absoluto escribir la última página de primero, y empezar la historia al revés, sino que se trata de establecer una meta y a partir de ella, planificar.

¿Es bueno conocer el final de la historia que escribes?

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El final debería ser la razón por la que cuentas la historia. Conocerlo te permite, entre muchas otras cosas, preparar el terreno y explicar mejor la historia. Escribir a partir del final te ayuda a desplegar tu astucia narrativa. Conocer el final de lo que escribes te permite anticipar lo necesario, jugar con el ritmo narrativo, las pausas, las reacciones de los personajes.

Conocer el final de las historias que escribes es una manera de luchar contra la falta de planificación.

Controlar las ideas

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Algunos autores tienen pocas ideas para un final, o una sola idea apenas esbozada con la que pretenden escribir una novela. El resultado es un borrador de novela más que la novela, careciendo de unidad y falla en la progresión narrativa.

Conocer el final puede hacer que precipites el desenlace por las ganas de llegar hasta allí. Es por eso que, al momento en que tienes decidido el final, debes permitirte pensar con sumo cuidado cómo contarás la historia que termina en ese final. Los hechos, acciones y secuencias de lo que escribes no deben depender del azar, puesto que el objetivo es llegar al efecto final previsto de modo natural y lógico.

Planifica y no temas reescribir

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Los finales son difíciles, tener preconcebido el tuyo te dará ventaja. Al conocer el final de tu historia debes encontrar el mecanismo ideal que te permita darle forma.

Es importante resaltar que conocer el final de la historia es tan solo conocer una punta de la historia.
Como la punta del hilo del cual se tira y al desmontar el ovillo varían las formas impulsoras de imágenes. La escritura es liberadora, requiere simplemente captar ciertas técnicas para hacerlo de modo preciso y personal. Tómalo como un juego. Si al acercarte a tu final preconcebido sientes que puedes cambiarlo, o mientras escribes la historia sientes que puedes añadir cosas a ese final para mejorarlo, no lo desaproveches y reescribe. A fin de cuentas, mientras lo escribes, solo tú conoces el final.

¡Practica!

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Escoge un hecho sorprendente para el final de tu relato, como por ejemplo: El día de la fiesta de graduación, Carlos tiró el anillo de compromiso que tanto le costó comprar. Luego imagina las cosas que han pasado antes para que eso llegue a ocurrir. Inventa escenas, personajes y diálogos que hagan creíble ese final.

Luego escribe todo en orden cronológico y cerciórate que todo tenga lógica y credibilidad, ¡y listo!