El Pinzas

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En el año 2000 tuve la oportunidad de viajar a Salamanca, España. Un lugar muy apacible, muchas catedrales y lleno de gente joven, muchos de ellos estudiantes; ya que en Salamanca hay mucha gente que viene de otros países a estudiar en la Universidad de Salamanca.

Me hospede con unas primas que hacían un postgrado en la misma universidad.

Una tarde me invitaron a ir al río Tormes. La gente acotumbra a echarse en la orilla a llevar sol. Yo ya soy moreno, la idea de llevar sol no me atraía mucho. Pero me dijeron que tambien ibamos a tomar cerveza. Jejeje Yupi!

Por lo que decidí a acompañarlas.

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El lugar donde decidimos "tomar el sol", no era tan bonito como se ve en la foto, de hecho nadie se metía a bañarse, me daba la impresión de que no era muy seguro el meterse dentro.

Por lo que les dije: Voy por las cervezas!!!

Fui a un pequeño bar que estaba cerca. Una de las cosas que me encantó de Salamanca, era que en cada esquina del centro de la ciudad había un bar (no como los de aquí, claro), eran de muchísimo mejor aspecto. Porque cuando dices un bar aquí, te imaginas un lugar frecuentado por gente de los bajos mundos...

Continuando con la historia. Pedí 6 cervezas y me las dieron en una cajita; sin embargo, el señor que atendía me recordó algo muy importante: "Con que las va a abrir?"...

De verdad, no pensé en eso. Las botellas eran de chapa, no de rosca. Por lo que, leyendo me la mente, me dijo: "Se las voy a medio destapar todas para que pueda abrirlas con facilidad".

Agradecí mucho al señor y me fui a llevar las cervezas a las chicas.

Llegando al sitio, donde tomaban sol. Una de ellas, venezolana por su puesto, me susurró: "Hay unos gitanos cerca mirándonos mucho..." Señalándome con sus ojos y con sus labios (típico de nosotros) hacia donde ellos estaban.

Eran unos muchachos, jovenes, que andaban en bici. Tampoco, tenían cara de matones...

Le pregunté: "Y?". No es que yo sea experto en artes marciales, ni tampoco soy el Babayagas. Pero no sabía a que se refería. Ella me dijo en voz mas baja: los gitanos generalmente roban a la gente.

Disimulé un poco su comentario y decidí destapar las cervezas. El señor del bar, no las había abierto del todo, por lo que me costó un poco abrirlas con las uñas, pero haciendo un esfuerzo, conseguí hacerlo.

Iba pasando las cervezas, mientras destapaba una detrás de la otra.

Los jóvenes gitanos se sorprendieron mucho y se me acercaron. Intrigados, me preguntaron: "Señor! con que las destapa?"

Y yo les respondí, como si nada: "Con los dedos, me dicen el pinzas!". Y con mi última cerveza que me quedaba por destapar, les mostré como lo hacía. Y me dijeron: "Vaya! usted es muy fuerte".

En mi mente me dije: Adivina con que destapo las latas de aceite...

Y decidieron marcharse inmediatamente. Al final no se si fue por lo que vieron o no, pero igual me sentí bien.

Hasta aquí esta historia. Muchas gracias por leerme.

Y Recuerden: Voten por mi post!!! El hipnosapo se los ordena! Jajajajaj

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