Estaba en medio de la acera, inmóvil; con la vista fija en un cuerpo tirado en la calle, sangrante. Sentía que se perdía entre la culpa y la disculpa.
Estaba vulnerable, incapaz de discernir entre el bien y el mal, incapaz de entrever intenciones, incapaz de evitar engaños.
Por eso no le importó cuando alguien tomó su brazo y le llevó a un lado, incluso lo agradeció, no quería ser el centro de atención. También agradeció que le aclarara (entre susurros) todo lo que había hecho, todo el mal que había provocado por un simple tropiezo. Entrevió lo desproporcionado de sus propias acciones y se llenó de remordimientos, de deseo de enmienda.
Sentía una leve extrañeza ante tan repentina solidaridad pero prefirió no pensar, el mundo se le había vuelto demasiado agobiante. Necesitaba liberarse, decidió confiar ciegamente en aquel ser caído del cielo y obtuvo un alivio inmediato, alivio que aumento cuando, sin siquiera emitir palabra, consiguió que le ayudara, que se encargara de todo: hablaría con la policía y con su familia, cancelaría sus reuniones e incluso indemnizaría a la familia de la víctima del accidente.
Esa alma caritativa de extraño caminar pasaría su día ayudándole, tenía que hacer que su trabajo fuese lo más fácil posible, por eso había decidido darle todo: desde el dinero que tenía hasta las llaves de su casa. Por eso le explicó sin muchas palabras cómo toda su vida giraba en torno a su celular y activó las funciones que necesitaría.
Por eso incluso le puso a disposición a su asistente, quien iría a su encuentro donde estuviese apenas viera que le había compartido el GPS de su celular.
EncuentrosDrp es un hiperrelato, es una historia compuesta por un conjunto de relatos entrelazados que van narrando los hechos desde distintas perspectiva, cada cual según la visión y sensaciones de su protagonista.
Dichos relatos se interconectan entre sí por medio de los enlaces presentes en cada texto, y pueden consultarse en Un encuentro |Recopilación|
Otras piezas de este encuentro son: