El esposo celoso llega al motel determinado a vengar la afrenta que le infligiera el desconocido amante de su esposa, a quien solo ha visto en imágenes de celular enviada por su detective.

Camina directo por el pasillo y se acerca a la habitación referida por el detective, toca la puerta con su mano izquierda mientras con la otra empuña la pistola semi automática austriaca, lista para matar al imbécil anciano que se acuesta con su bella esposa. Toca de nuevo y una voz masculina contesta:

—¿Quién?

— En recepción le dejaron una encomienda — contestó el airado esposo.

Al abrir la puerta ambos hombres se miraron fijamente a los ojos, su esposa estaba detrás con un niño pequeño en los brazos acompañado de una joven mujer.

— Mi amor, ¿Qué haces aquí? — exclamó sorprendida su esposa.

Rápidamente soltó en su funda el arma oculta en su chamarra, los ojos azules del hombre eran idénticos a los de su esposa. Instintivamente tomó su celular y abrió el último mensaje del detective, leyéndolo, jefe ya sé quien es el hombre, es su cuñado, el hermano mayor por parte de padre.

—¿Qué haces aquí? — le reiteró ahora enfadada su mujer.

— Soy un completo idiota, perdóname.

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