Pesadilla

Con la cara pegada a la almohada, y sólo un ojo abierto observo la oscuridad, algo se mueve y hace un ruido, casi imperceptible. Una lágrima sale a la vez que mi pulso se acelera cuando siento una mano agarrar mi tobillo; el grito se congela en mi garganta, unos dedos rozan mi mejilla, entonces me agarra por el cuello y me lanza contra el piso, haciendo que despierte sobresaltado. Golpeando el aire en mis pulmones, reviso mi tobillo, aún se ven los dedos marcados en mi piel. Trato de no gritar, mas al ver una sombra de pie a mi lado grito, y no sale sonido alguno, comienzo a llorar y vuelvo a despertar. Algún día pararán estos sueños, cada vez pierdo más la cordura.