2º concurso 4cuentos; A los pies del Kilimanjaro

in spanish •  6 years ago  (edited)

A continuación una fabula escrita en el marco del segundo concurso literario de 4 Cuentos, una gran iniciativa; si deseas participar, las bases acá! Suerte a todos los participantes y que gane el mejor!


A los pies del Kilimanjaro

Fuente


Ese rojo atardecer en la pradera africana, Casu reunió a la última manada de perros salvajes. Se sentó en la roca del líder y les habló.

—Señores, somos los últimos perros del mundo. Miren alrededor, hay miles de presas pero cada vez es más difícil cazarlas, debemos acechar, correr, seguirlas por kilómetros hasta agotarlas, exponernos a sus cuernos y coces, derribarlas en carrera, romper sus vertebras y matarlas. Una vez muertas, después de tanto riesgo y trabajo tenemos que comer lo más rápido posible y defender la presa de los otros depredadores que se acercan a robarnos nuestro merecido premio, así que a pesar de todo, no tenemos garantía alguna de comer a diario. La pradera es cruel, nuestros enemigos son muchos, actúan como uno solo y si no cambiamos moriremos.

—Siempre ha sido así, no somos quienes para cambiar el orden del mundo —dijo el más viejo y desdentado perro. 

—Que haya sido así toda la vida no significa que no pueda ser mejor. Miren a las hienas, son animales contrahechos, son más grandes y fuertes, pero tontas e insignificantes en comparación. Pero prosperan porque aprovechan cada oportunidad, cada presa y cada vez son más. 

—Ellas no son perros, son animalejos inferiores sin tradición, carroñeros apestosos sin honor. 

—Viejo, tienes experiencia y sabiduría, pero ¿acaso comes honor?, ¿nuestros cachorros sobrevivirán si no los alimentamos? 

El silencio fue la respuesta. Casu tenía un buen punto y nadie encontró manera de refutarlo. Los otros perros callaban y meditaban, el frescor de la noche empezaba a desplazar el calor opresivo del día y a lo lejos las nubes ocultaban la cima nevada del majestuoso Kilimanjaro. 

Fuente


—Tienes razón —respondió al fin el anciano— ¿Qué propones? 

—Estuve pensando: Necesitamos cambiar nuestra manera de ser. Nos ha mantenido vivos hasta ahora pero pronto no será suficiente, necesitamos aliados. Nosotros comemos menos que hienas y leones, somos más inteligentes y organizados, somos los mejores rastreadores de la llanura, somos capaces de entendernos. Claro, ellos nos superan en fuerza bruta pero estoy convencido de que podemos sobrevivir si encontramos ayuda. 

— ¿Enfrentarlos? El sol te cocinó los sesos, ¿Para qué enfrentaríamos a hienas y leones? 

—¡Ay anciano!, ¿es que no lo entiendes? No necesitamos enfrentarlos, basta con protegernos de ellos. Si no nos tenemos que preocupar de los leones ni las hienas, toda esta pradera sería nuestra, todo cervatillo sería nuestro, nos hartaríamos de comer y dormir, seríamos los amos. 

— ¿Y quién estaría tan loco como tú para enfrentarlos? Dime, en tu iluso cerebro, ¿quién se aliaría con nosotros en contra de ellos?  

—Viejo, la edad te ha tapado las orejas y aturdido la inteligencia, he dicho que no necesitamos enfrentarlos, basta con que encontremos la manera de asegurarnos suficiente comida y proteger a nuestros cachorros. Necesitamos protección a cambio de nuestras habilidades. ¿Acaso no es obvio? Los hombres, por supuesto. 

La mañana siguiente Casu puso su plan en marcha. Se fue solo, arriesgando su vida, a observar a los humanos.

Son seres extraños, caminan erguidos y no tienen pelaje. Parecen inofensivos, pero aún así son muchos y prósperos. No tienen garras pero se las arreglan para abatir las presas más grandes de la llanura y los más forajidos depredadores temen a sus armas. 

Casu los observó de lejos, miró como cazaban siguiendo tácticas similares a las de su manada, los vio acechar en grupo y abatir a un ñu, atravesándolo con sus largas lanzas sin problemas. Los vio desollar al animal y llevárselo entre varios al campamento de humanos. 

Los siguió a una distancia prudencial, pero lo detectaron e inmediatamente se pusieron en guardia. Esos raros seres sabían que los perros eran cazadores también y están alerta porque ya han enfrentado a la manada para defender a los humanos más pequeños, aunque no es algo habitual, porque los perros prefieren presas menos organizadas e inofensivas. A veces el hambre los ha llevado a aprovechar la oportunidad cuando los cachorros humanos son más vulnerables, fuera de la vista de los más adultos. 

Pero Casu buscaba aliados y no presas. Una vez en el campamento, se mantuvo en los límites, para observar la vida de la tribu. Pronto empezó a notar las similitudes con los perros, había una pareja alfa, un macho robusto y fuerte, lleno de cicatrices en el que reconoció al que dirigía a los otros machos en la cacería del ñu. Vio a una hembra, más delgada y pequeña pero que se mantenía rodeada por otras hembras y cachorros humanos. Vio al hombre llegar y levantar a uno de los pequeños y lanzarlo al aire varias veces, mientras el cachorro chillaba de alborozo.

Pronto se hizo de noche, el fuego brilló en el campamento y Casu volvió a su propio hogar a contar lo que había visto. 

—Los hombres se parecen a nosotros. Viven en manada, cuidan de sus cachorros y cazan en grupo. Son inteligentes y hay un líder fuerte. En la noche encienden fuego que mantiene alejados a hienas y leones. Creo que podemos entendernos con ellos. 

—Claro y tú crees que nos invitarán a sentarnos junto a la hoguera a compartir sus presas. Definitivamente el sol secó tus sesos —respondió el viejo. 

—Precisamente eso pretendo —exclamó confiado Casu. 

Todas las mañanas muy temprano Casu volvió al campamento humano, esperanzado en que encontraría una oportunidad. Observó desde la distancia la preparación de las salidas de caza, y cuando el líder deja a los más viejos atrás para cuidar a las hembras. La silueta del perro solitario se convirtió en habitual para la tribu de humanos, pronto se acostumbraron a su curiosa presencia y despertó a su vez la curiosidad en ellos. 

En algunas ocasiones se quedó en los alrededores del campamento, observando a las hembras cuidar a los cachorros humanos y a los viejos montar guardia. Casu esperó vigilante hasta que llegó la partida de caza, esta vez sin premio. Volvió a su hogar al fin de la tarde donde los esperaba su manada reunida alrededor de la roca. 

La inquietud estaba en el aire. El viejo se sentaba en la roca, rodeado por dos de sus hijos más fuertes y con el resto de la manada expectante. Habló para que todos escucharan: 

—Has perdido otro día vigilando a los humanos mientras tu manada sufre del hambre. Hoy hemos fracasado en la caza por tu culpa, nos ha faltado tu liderazgo y por eso la manada se debilita. No eres digno de ser nuestro líder, o cumples con tu deber o debes abandonar la manada. 

—Viejo, mi deber es buscar lo mejor para la manada y hacer lo que hemos hecho siempre nos ha convertido en la última manada, respetar las tradiciones solo nos ha traído a un paso de la extinción, mi deber es encontrar la manera de sobrevivir y solo con aliados lo haremos. 

—Insensato, los humanos jamás nos harán sus aliados, somos enemigos y siempre lo seremos. 

—No viejo, podemos ser hermanos pues nosotros tenemos cosas que ellos no tienen y pueden ser de su provecho y ellos nos darían la seguridad que necesitamos. 

—Insensato —repitió el viejo, y esta vez más fuerte habló al resto de la manada—: Casu, yo como el más anciano consejero y jefe del consejo te expulso de la manada, no volverás a cazar con nosotros ni tendrás derecho a la seguridad del cubil.  

Casu no podía creerlo, unos pocos días de ausencia y todos sus meritos fueron borrados, su puesto tomado y expulsado de la manada. Miró alrededor, buscando apoyo pero sus compañeros esquivaron su mirada. Admitiendo su derrota, se retiró. 

Casu no tenía intenciones de abandonar su empresa, pues estaba seguro de que sólo así podrían sobrevivir. Así que insistió en lo único que podía hacer, demostrar que tenía razón. Esa noche durmió justo en el borde del campamento humano, lejos de sus armas pero vigilante de las fieras mayores que acechaban el campamento humano lejos de la luz de las llamas. 

La siguiente mañana siguió a la partida de caza humana, no habían tenido éxito en varias ocasiones porque no habían logrado localizar presas adecuadas y Casu entendió que era esa su oportunidad. Entonces olfateó el aire para detectar una presa. 

Pronto sintió un rastro, era un ñu. Estaba a la derecha del sitio a donde se dirigían los humanos, se plantó justo fuera del alcance de las armas humanas y miró al jefe fijamente, intentando trasmitirle su propósito. El humano, acostumbrado ya al perro parecía curioso, jamás había visto a animal alguno actuar de esa manera. Casu se dio la vuelta y avanzó hacia la derecha en perfecto silencio, girando su mirada una y otra vez hacia el líder humano, intentando hacerle entender que debía seguirlo.  El jefe humano se quedó en su sitio, desconfiado, pero aún así, Casu continuó en su empeño. Se deslizo sigiloso entre matorrales en busca del ñu. Al fin lo encontró, un macho enorme que Casu habría dudado en atacar si hubiera estado con su manada, pero era cuestión de vida o muerte, así que se plantó a sus espaldas, cerrándole la huida. Gruñó y mostró sus blancos dientes al ñu que nervioso miraba en todas direcciones buscando al resto de los perros, que no estaban allí.  

Solo era un perro solitario enfrentado a un ñu enorme que podría aplastarlo a coces. Casu aplicó todas sus mañas, cerró la huida al animal, mordió sus patas y esquivó sus coces, ladrando y obligando al animal a retroceder, era una lucha desigual pero de ella dependía su supervivencia y la de su especie. Se resistió hasta el agotamiento.  

Justo en el momento en que Casu desfallecía, una lanza silvó a su lado clavándose en el lomo del gran ñu, otra y otra penetraron su piel y lo abatieron. Los hombres mataron al animal sin tardanza, metódicamente, ignorando al can tendido en la tierra. 

Los humanos desollaron al animal, retiraron la carne del esqueleto y la guardaron en pieles que llevaron a su campamento. Sin fuerzas, Casu los miró en su faena. Los humanos se fueron pronto, abandonando a Casu, que se levantó con esfuerzo para intentar roer los huesos. Pero sintió un golpe seco en el suelo, a su lado. Era un enorme trozo de carne que le lanzó el líder de los humanos, que lo miraba agradecido. Casu tomó el regaló y lo siguió, cojeando.  

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Siempre es bueno depositar un voto de confianza primero, el resto se dara segun los resultados. Muy buen relato hermano.

¡Gracias! Un poco de confianza siempre es necesaria.

Muy buena idea y una narrativa impecable. Me ha gustado que has tocado el tema de abandonar las tradiciones obsoletas para obtener mejores oportunidades.

Esa es una de las enseñanzas que intenté trasmitir, además de la importancia de luchar por lo que se cree correcto a pesar de tener todo en contra.

Me encantó la idea del relato. Narrar desde la perspectiva del perro cómo se une a los humanos. Aunque me habría gustado saber qué pasaba con la manada. Saludos!

Aún hay perros, de mil razas distintas... Algunos habrán seguido el ejemplo de Casu, otros no, pero lo cierto es que sobrevivieron. ¡Muchas gracias por leer!

Claro!!!

Muy buen relato. la historia fluye también a través de los diálogos. Casu obtiene su objetivo. Nace la figura del perro como mascota.

Hola, me gustó el relato y el final, perfecto. Hoy en día los perros son nuestros mejores amigos así que podemos intuir como fueron estrechandose los lazos. ¡Buena suerte en el concurso!

Excelente relato, @jcalero. Muy bien escrito. La perspectiva narrativa elegida es un acierto; y la mantienes con mucha coherencia y propiedad. Bien manejada la intriga. Una interesante hipótesis de cómo el perro se convirtió en animal domesticado y compañero del ser humano. ¡Suerte en el concurso!

¡Éxito! espero ganes el cincurso... ci vediamo...

Gracias!

¡Hermoso Casu!

Me alegra haber llegado a tiempo (en la raya) para votar este excelente cuento, o fábula, @jcalero. Creo que es un cuento impecable, que oculta muy bien su moraleja (como impone la fábula moderna) pero al mismo tiempo la transmite en forma emocionante al lector en todo el cuerpo del relato.
Lástima que solo sean dos premios, porque yo tengo tres candidatos.
Saludos.

Intenté alejarme un poco de las fábulas tradicionales por el formato y porque simplemente me gusta que los lectores disfruten y piensen, un texto con todo dicho me parece aburrido.
Y si, hay muy buenas obras, el nivel es bastante alto a pesar de no ser tantos participantes, sin embargo espero que esta fábula sea uno de las elegidas.
Muchas gracias por la lectura y el comentario!

Está muy guay @jcalero, me gusta la fuerza con la que empieza. Me enganchó, ¡qué máquina Casu! Cuando al final dejas ese intante de duda en el que no sabes si el perro será recompensado o abandonado... pero claro, entonces se habrían extinguido y no estaría yo pensando en adoptar uno. Listo Casu y listo tú, felicitaciones.

Your post has received some love from @autovoters, account managed by @salvao :)

Excelente relato, desde la imagen me cautivó, una escritura compleja que ud logra hacerla fácil de captar, mucho éxito en el concurso

Los perros salvajes o no son seres excelentes, le felicito por su trabajo bien logrado

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hola @jcalero Me encanto tu historia, es un cuento muy bonito que me cautivo lo realista que es, hasta puedo afirmar que imaginaba cada episodio de las hazañas de supervivencia de casu en el kilimanjaro

Me alegro haya logrado hacerlo realista, narrar desde el punto de vista de un perro salvaje y hacer verosímiles sus acciones y pensamientos fue todo un reto que creo pude cumplir con éxito, ¡muchas gracias por leer!

Post vencido
Muy interesante ese punto de vista narrativo, desde la manada. Esto da un enfoque diferente al texto.
En síntesis, un buen relato, incluidos los diálogos.
Suerte en el concurso.

envejecer y sobrevivir, y a la larga no te quedas solo. saludos que tengas suerte en el concurso

¡Muchas gracias!