He venido a despedirme

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Sentado en el banquillo de un parque he venido a despedirme.

Los niños juegan. Las parejas de jóvenes aprovechan cualquier momento para darse un beso. El vendedor de helados tocando las campañas de su carrito. El señor que lee bajo la sombra de un árbol. El ejecutivo que toma un descanso mientras revisa su movil.Cada uno absorto en su vida. Porque la vida continua, aunque tú ya no estés.

Solo te tengo en mi memoria. Ahora eres lo que todos seremos algún día. Un recuerdo en la mente de otra persona. No existe un mas allá. No existe un paraíso. No existe vida después que esta se apaga.

Sentado en el banquillo de este triste parque he venido a llorarte.

Las fuerzas del dolor han vencido. Por días intente mantenerme fuerte. Ha sido en vano. Con los sentimientos no se puede luchar. Terminaran por doblegarte. Manifestándose con mayor intensidad.

Hay cosas que no se pueden evitar. Pero no dejo de pensar que aun no era el momento. Aunque los demás se resignan y se lo atribuyen al destino. Yo no lo acepto. Te robaron el tiempo que todavía te merecías.

Sentado en este banquillo del triste y abandonado parque lloro por ti.

Grabada tengo nuestra última conversación. Asuntos triviales, cuentos familiares y algún chiste. Sería la última vez. Deseo con toda mi alma devolver el tiempo y decirte lo mucho que te quería. Vivimos agitados y perdiendo el tiempo que las cosas importante siempre las dejamos para último momento. Luego, ya es tarde.

Un abrazo. Un te quiero. No dejes que el ajetreo de lo que llamamos vida te aleje de esos momentos. Los viajes en el tiempo no existen. Solo tienes una oportunidad. Es aquí y ahora.

Sentado en este banquillo de un triste, abandonado y sucio parque lloro que he inventado en mi memoria desahogo mi dolor.

No hay niños jugando, ni jóvenes enamorados. Nadie lee bajo l asombra de un árbol, porque no hay ningún árbol. Nadie toma un descanso y menos esta el vendedor de helados. No hay nadie.

Solamente estoy yo, recordándote con amor. Escuchando tu risa. Viendo cómo te reúnes con los que se fueron antes que tu. Aunque sé que no hay nada más allá. Quiero creerlo, para que el dolor sea un poco más fácil de soportar.

En el banquillo de este parque que no existe te digo adiós. Y también lo más importante: Te quiero.

Para A.

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