Con los años me he dado cuenta que una de las cosas que más me gusta al viajar es todo el proceso del road trip, la experiencia en la carretera para llegar a nuestro destino.

Para llegar a las playas del Estado Aragua de Venezuela por lo general hay que pasar por el parque Henri Pittier. Nombre que recibe por el geografo Suizo pionero de los Parques Nacionales en Venezuela. Yo nunca he acampado acá, pero es un trayecto realmente hermoso para llegar a la playa. Sí, son carreteras complicadas, con muchas curvas pero llenas de naturaleza, aire fresco y hasta neblina en uno de los puntos más altos del viaje.

Es algo complejo, por lo estrecho de la carretera, detener el carro para realizar fotografías, por lo que decidí liberarme y tomar fotos desde la ventana, con toda la intención de captar la naturaleza en movimiento y quedarme con fotografías donde no tuviese total certeza de dónde y qué estoy viendo... tal cual cómo enfrentarse a la gran inmensidad de este Parque Nacional.

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Es muy común encontrarse grandes camionetas llenas de turistas en el viaje. Al ser la carretera tan angosta puede asustar un poco, a veces tienes que detener el auto para que el autobús pueda pasar, pero todo bien, simplemente hay que tener mucho cuidado. Realmente quería conseguir alguna foto de este momento, pero era algo complicado tomando en cuenta que no te dabas cuenta que venía un autobús sino hasta que lo tenías en frente. Conseguir esta foto donde se ve inmenso abarcando prácticamente todo el cuadro creo que dice mucho sobre esto que les digo...

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Una vez empiezas a bajar la montaña (quiere decir que ya estás más cerca de la playa), la velocidad aumenta, entra un poco más de luz y las fotografías empezaron a tomar otro aspecto, casi como pinturas de acuarela, que se transforman y dan mucho dinamismo a la mirada cuando las ves.

El camino se va haciendo más frondoso, el parque se abre en si mismo y sólo nos deja ver destellos de luz, espejismos de un paraíso que se avecina, mientras se abre pequeña frente a nuestro paso fugas.

Hasta que se abre entero para nosotros, en la curva de nuestra sorpresa.

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La verdad es que me gustó mucho el resultado de estas fotografías, tenía algo de tiempo buscando la fotografía/pintada, lo abstracto y es sorprendente como la naturaleza siempre lo da porque esa abstracción es parte de ella y es un poco mi búsqueda: que también sea parte de mi, no tenerle miedo a lo imperfecto y disfrutar la experiencia.