Hemos aprendido a darle poca importancia a las emociones, a tomarlas como algo ligero, y no solo hablo del hecho de que se muera un familiar, o que pierdas tu casa etc. Hablo de esas pequeñas cosas, como llorar por un regalo, por una película, emocionarte por un perro lindo y chiquito. De manera directa o indirecta nos dicen de que manera debemos reaccionar a ciertos hecho, por ejemplo antes veía películas de drama con mis amigos y aguantaba la respiración para no llorar, porque inconscientemente muchos llegamos a tener un código donde llorar por eso es de débiles o considerado ridículo y si tus amigos te ven se burlan, pero no es más que una evasión a sus sentimientos hahaha. Pero ahora no, ahora lloro con ganas y si es de gritar grito. Ninguna emoción es negativa o mala, malo podría ser la situación, aunque estar triste siempre nos acerca a quienes amamos, mucho más que los momentos felices, a menos que vivas tu tristeza solo, que es lo que muchas personas a veces deciden hacer.

Las emociones existen para vivirlas, sentirlas, no las juzgues, si quieres llorar llora, si te quieres reír ríete, disfruta cada emoción que sientes sin verla como algo negativo, cada una tiene algo que enseñarte en un determinado momento. No debe de ser motivo de vergüenza llorar o tener miedo o que algo te genere satisfacción. No hay cosas por las que si debes llorar o cosas por las que si debes sentir miedo, a mí siempre me han dicho cobarde por temerle a la oscuridad, pero no me importa, siempre lo digo, le tengo miedo a la oscuridad. Son tus emociones amalas y compártelas con quienes te rodean, enseñemos a las personas que sentir está bien, que tanto un tipo grandote musculoso o un flacucho pueden llorar por la misma película. Esos estereotipos han llevado a muchas personas a reprimir lo que sienten y no está bien. Reprimir no es borrar, es guardar e ir poco a poco acumulando cosas que existen para expresarlas, y que si no las expresas se vuelven contra ti.