Suele pasar que cuando sabemos que algo bueno va a ocurrirnos en cierto momento no dejamos de pensar en eso con ansias de que llegue ese monento y a medida que avanza el tiempo tendemos a impacientarnos.
Despues de mas de un mes sin ver a mi esposa ni a mi hija por fin mañana vienen hasta donde estoy y tengo tanta emoción que siento impaciencia.
Creo que son instintos plasmados en nuestro código genético que nos dan esa sensación de bienetar por algo que sabemos que va a ocurrir y que nos cambia el ánimo aun antes de que ocurra.
Mi niña tenia 5 meses la última vez que la vi, ya estaba por cumplir los 6, mañana la recibiré con 7 meses recien cumplidos y ahora dice palabras como papá, mamá y hace gestos. Estoy seguro que mañana Dios llenará mi corazón de alegría al reencontrarme de nuevo con mi esposa e hija.