En estos últimos días en Venezuela la necesidad se ha vuelto incesante tal es el punto que las personas, empiezan a buscar comida en la basura, pedir en los centros comerciales e inclusive llegar a robar para comer, de igual manera los saqueos se vuelven violentos entre tantas cosas más.
Particularmente me sorprende mucho el caso de que las personas busquen comida en la basura, porque a pesar de que somos un país rico en todos los sentidos no ha sido bien administrado, sin embargo no todo es malo.
La biblia dice en:
Mateo 25:35-46
35 Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recogisteis;
36 estuve desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí.
37 Entonces los justos le responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te sustentamos, o sediento, y te dimos de beber?
38 ¿Y cuándo te vimos forastero, y te recogimos, o desnudo, y te cubrimos?
39 ¿O cuándo te vimos enfermo, o en la cárcel, y vinimos a ti?
40 Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis.
“Se puede denotar que en estos tiempos Jesucristo vendrá y de tal manera que buscara una iglesia integra y
llena de su Espíritu a tal punto que sea capaz de ayudar al prójimo. Si nos fijamos en el verso 35 y 36, se
refiere a la escasez, que no es un secreto en nuestro país, pero son necesidades que Dios permite para que en
tiempo de crisis puedas ayudar al necesitado, ejemplo si vemos a una persona que está pidiendo comida en
algún lugar de tu país, solo imagina cuantos días tiene sin comer o piensa como podrías ser tratado en una
situación similar, también piensa como puedes ayudarlos sin esperar nada a cambio. Por experiencia les he
ayudado porque si Dios me bendice es para que pueda bendecir a otros, no todo es para mí solo, hoy tienes
no sabes si mañana tendrás.”
Debemos tener en cuenta que toda ayuda que hacemos a nuestro prójimo es de agrado a Dios así como
lo denota en el verso 40, por cuanto lo hiciste a mis hermanos más pequeños, también me lo hiciste a mí,
quiere decir que cada vez que ayudas a una persona se lo haces a Dios, recuerda que somos hechos a su
imagen y semejanza”.
Recuerda Bendiciendo te Bendeciré, cada vez que bendices a una persona Dios te bendecirá más de lo que
puedes imaginarte.