Un profesor en silla de ruedas que vive en las calles de Caracas

Hace una semana conocí a Carlos Enrique Sosa Borregales, un señor de 66 años que subsiste a diario en la esquina de una calle bastante concurrida de Caracas.

Yo iba con la cámara en el bolso, siempre caminando pero con el ojo afinado buscando que capturar. Cruzaba una calle cuando de repente mi mirada se hace en un señor de avanzada edad, en silla de rudas, en medio de aquella calle cerca de una avenida. Yo soy del tipo de personas que casi nunca da dinero a quienes piden en la calle, sin embargo, saqué mi billetera rápido y le dí algo a este señor.

Educadamente le pregunté si podría tomarle una foto, a lo que él, amablemente respondió ''claro ¿por qué no?'' mientras tomaba la foto me preguntó si estudiaba fotografía, a lo que respondí afirmativamente.

Una vez capturado le di las gracias y me fui. Ya había caminado casi una cuadra pero decidí devolverme y preguntar el nombre de aquel señor, no podría quedar invisible, si está cada día en la calle, hoy sería mi personaje, y espero, que aunque sea en un par de sencillas fotos, pueda ser mirado, que por un segundo las personas que ven esto se detengan a mirar lo que hay alrededor, y a no dejar pasar una historia como la de este señor, que quizás, no tiene nada de ''especial'' pero es un ser humano, como tú, como yo.

El es Enrique Sosa Morales, adulto mayor de 66 años, en silla de ruedas en la esquina de la AV. Francisco de Miranda, frente al Wendy's.

La conversación que tuve aquel día con Carlos fue muy breve, sin embargo, me pareció alguien sincero, no lo juzgué en primera instancia, me pareció que era una voz enmudecida por la sociedad. Aquél día, Carlos me pidió algo de ropa, esa noche busqué en mi habitación y efectivamente me hacía con un par de prendas de vestir que no cumplían ningún tipo de uso más que almacenar polvo y ocupar espacio en el armario.

Dos días después estaba con Jesús (@jesuskin) mi compañero de misiones para ir a llevarle algo de ropa y comida a Carlos y a la vez, aprovechar para hacerle algunas preguntas, grabarlas en video y tomarle un par de fotos. La situación de este señor me daba mucha intriga ¿como había quedado en silla de ruedas? ¿no tenía a nadie que lo ayudase? ¿quién era antes de terminar así?

En medio de un viernes de contratiempos producidos por lo difícil y demorado que es sacar dinero en efectivo en Venezuela y ayudado por un alma que decidió suicidarse en el sistema de metro, no tuvimos otra opción que caminar unos 10 kilómetros para llegar, desde donde nos encontrábamos, hasta el lugar donde reside Carlos. Aquella tarde luego de una ajetreada caminada pudimos encontrarnos con Carlos y hacerle un par de preguntas.

Me decidí a hacer un video resumiendo la experiencia, espero lo puedan mirar y que por lo menos tú que estas del otro lado de la pantalla hoy escuches la voz de una personas que la sociedad en muchas ocasiones intenta silenciar.