Hace algún tiempo, hablando con un amigo psicólogo, comentábamos sobre lo que significaba estar decepcionado, y si, parece un tema trivial y lo más fácil siempre es pensar que la culpa de todo la tiene esa persona que nos "decepcionó". Todo esto tiene sus matices, es importante tenerlo en cuenta, y algunos de estos son dependientes de lo que nosotros como seres humanos esperamos de alguien.
Partiendo de esto último, gran parte de esa sensación que nos puede incluso desanimar tiene que ver con lo que esperamos de otros, y debemos entender que cada quien merece vivir su vida a su manera, podemos estar seguros de que si nos dedicamos a esperar que cada una de las personas haga lo que esperamos viviremos desilusionados y decepcionados permanentemente.
Cada uno de nosotros ha vivido un proceso que nos ha permitido tener una visión particular de la vida, que si pretendemos que otros la vean de la misma manera, no será posible. No se trata de que es difícil que eso ocurra, no, se trata de que es sencillamente imposible, porque incluso por variaciones genéticas, que repercuten en nuestra manera de pensar, las exposiciones a ciertos determinantes sociales de manera distinta, por tal motivo no es viable eso de que podamos tener mismos pensamientos.
Por otro lado, es necesario saber que debemos más ocuparnos de nuestras vivencias que de la de los demás, no porque nos importen las personas, nada de eso, pero es muy importante tener presente que aunque queremos ayudar, la otra persona será quien decida si lo que le decimos es viable para ellos o no, si se ajusta a su vida y sus necesidades o no, e incluso, si su vida bajo las condiciones que tenga en el momento de recibir el consejo está como para aplicarlo.
Partiendo de lo expuesto anteriormente, no debemos exponernos a las decepciones, porque muchas veces las buscamos nosotros mismos esperando mucho de los demás, cuando tenemos que tener presente que cada quien es dueño de su vida, y esta sujeto a cometer errores, así como nosotros ismos, y que cada uno debe vivir su experiencia, sacar lo mejor de si mismo y moverse al sitio y a las metas que quieren conseguir, son procesos personales, individuales, y no tenemos el derecho de interferir cada vez que así lo queramos, por mucho bien que queramos hacerle a esa persona.