La soledad puede ser concebida de distintas formas, lógicamente, no podemos tener la misma visión, por mucho que queramos. Hace algunos días conversaba con un amigo sobre sus hijos, analizando algunas cosas de su comportamiento, no porque seamos psicólogos ni nada parecido, sino porque la experiencia de vida permite que tengamos alguna visión al respecto como padre o madre.

Me comentaba que su hijo mayor, que están en la etapa de la adolescencia, cuando presenta algún problema, bien sea académico o personal, emocional, o del tipo que sea, siempre tiende a aislarse, se pone un poco irritable y sumamente callado. De esta manera logra drenar, según lo que me comentaba, y puede pasar algunos días comportándose de esa manera, hasta que vuelve a la normalidad.

Esas edades son sumamente difíciles, todos pasamos por eso, vivimos y sentimos esos conflictos, son propios de esa edad, y se presentan en todos aún cuando lo tengas "materialmente" todo, será siempre esa etapa particularmente difícil.

Pero, los conflictos personales y la búsqueda de soledad no es única de la etapa de la adolescencia, evidentemente, la mayoría de nosotros, incluso en nuestra etapa como adulto, podemos querer e incluso necesitar de esos momentos de soledad para meditar, para pensar tranquilamente sobre algunos aspectos de nuestra vida, no queriendo decir esto que estemos en caos, sólo que necesitamos esos momentos de tranquilidad con nosotros mismos.

Creo incluso que, aún estando en pareja, estar solos en algún momento del día es necesario. Cuando se tiene familia, hijos, esposa, mascotas, esos momentos de soledad son cada vez más escasos, y por ende más preciados, por lo que cuando se tiene la posibilidad de disfrutarlos, se hace más que necesario aprovecharlos.

Pienso que, partiendo de lo que algunos amigos me han comentado, es por eso que estar en el baño, una rutina tan básica para todos, termina por convertirse en uno de esos pocos momentos que en la vida de adulto, con familia, podemos disfrutar. Y el baño termina por ser un espacio especial para algunos, particularmente no para mi, pero si para algunos amigos.

La soledad sirve para todo, aunque creo que no para los momentos de felicidad, porque cuando de estos se trata, lo más lógico que la gente busca es compartir, relacionarse, y expresar su felicidad y alegría, por lo tanto, aún cuando podamos disfrutarla en soledad, seguro que la mayoría querrá compartir esa emoción positiva.

Lo que me lleva a pensar que, en general lo negativo en términos de emociones conduce a la búsqueda de aislamiento, las emociones positivas más bien a lo contrario.