Todos tenemos metas que cumplir, algunas son impuestas (por la sociedad, por nuestros padres) otras sencillamente son las que deseamos realmente, porque nos nace perseguirlas, porque queremos alcanzarlas como forma de demostrarnos que si podemos, que somos merecedores de ella, o porque sabemos que económicamente es la mejor opción para nosotros. son muchas las razones que nos hacen seguir una determinada meta, y cada una de estas razones debemos individualizarlas en base a la importancia que para cada persona tiene.
Ahora bien, cuando nos enfocamos en lograr algo, en perseguir una meta, puede que nos olvidemos de aspectos importante en nuestra vida como algo tan básico como nuestra "salud". Parece ilógico hacer mención a esto, pero hay quienes por estudiar dejan de comer un desayuno o un almuerzo, y sólo se atiborran de café o de bebidas energéticas, por ejemplo, y es evidente que esto si que es una decisión muy mala en cuanto a lo que respecta a salud.
En este punto cabe preguntarse si la meta que tenemos y a la que estamos dedicando tanto esfuerzo, vale la pena comprometer nuestro estado de salud. Porque puede que con el tiempo y la dedicación casi exclusiva a la consecución de esta terminemos por lograrla, y nos sentiremos felices, pero no podremos disfrutar al máximo de esta si estamos enfermo, debo asumir con esto que están de acuerdo con mi planteamiento hasta este momento.
Hay que esforzarse para conseguir lo que queremos, eso es innegable, pero poner en riesgo nuestra salud para lograrlo es en lo que no estoy muy de acuerdo. Tengo conocidos que son médicos y enfermeros, a ellos mis respeto. Esta profesión por si sola, como algo inherente a ella, tiene los riesgos implícitos, al igual que los bomberos, pero el asumir que podemos enfermar al estar en un hospital o en un incendio, o incluso morir por un accidente laboral en estas profesiones es muy distinto a poner nuestra salud en riesgo cuando podemos evitarlo.
Así que no me refiero al hecho de que debamos limitarnos, sino a la responsabilidad que debemos tener con nosotros mismos de cuidarnos, de asegurarnos de comer cuando es la hora, porque no perdemos nada si dedicamos 20-30 minutos a la alimentación, para luego retomar nuestras actividades que nos conducen a nuestra meta, y por supuesto, alcanzarla, teniendo buena salud para poder disfrutarla.
Así concluyo esta reflexión de un punto que me es familiar, porque tengo algunos allegados que suelen esforzarse mucho para conseguir lo que desean, los jóvenes podrían sentirse muy bien ahora, pero algo de lo que estoy muy seguro es que el peso de los años suele muchas veces ser bastante pesado.