Coincidieron después de muchos años sin hablar personalmente, habían intentado verse en diversas oportunidades en el transcurso de varias décadas, pero por distintas razones había siempre algo que se interponía, y quizás era que no tenía la disposición suficiente para verse, pero ha tenido que ocurrir lo inesperado para que finalmente esa reunión se consumara, y no bajo las condiciones que habían ellos pensado.
Se suponía que se reunirían 4 pero sólo han podido asistir 3, ya que una cuarta persona no podría ya estar con ellos, no en cuerpo presente. Era un grupo de 4, que más que amigos eran hermanos, y desde la infancia en la escuela, durante toda su juventud, en su etapa de estudios universitarios, permanecieron juntos, prácticamente inseparables, pero una vez que terminaron la universidad, cada uno de ellos tuvo muy buenas oportunidades de trabajo en distintos estados del país, y fue eso lo que les llevó a separarse.
Nunca perdieron contacto, por suerte, la tecnología les permitía estar al tanto de lo que cada uno de ellos hacía, y es así que todos sabían de todos, independientemente de las distancias geográficas, siempre pudieron mantenerse como si estuvieran de frente, pero claro, nunca fue igual, porque la tecnología por muy avanzada que esté, nunca será lo mismo que interactuar con de manera personal.
Siempre salía el tema, en las múltiples reuniones por video llamada, de que cuando terminarían de organizarse para verse en persona, llevar cada uno a sus familiares, pero nunca terminaron de organizar eso, como si fuera tan difícil ponerse de acuerdo para un encuentro. Era sólo cuestión de organizar horarios, mover vacaciones, y listo, podrían haberlo hecho, di de verdad querían, pero aunque parecía que si, las acciones decían lo contrario.
Finalmente el destino se encargó, uno de ellos, víctima de un accidente fatal, dio por terminada su estadía en la tierra, en este plano terrenal, como dicen, y sin despedirse se fue. Los otros tres de aquel grupo de amigos/hermanos recibieron la terrible llamada en la que le informaban los familiares de su gran amiga lo que había pasado.
Sólo en ese momento, sin mucho orden, decidieron ir los tres a visitar a su amiga en su despedida. Después del entierro, se fueron a un viejo árbol en el que en su época de juventud solían ir, y desde ese momento, al menos una vez al año se encuentran en ese espacio, a revivir momentos y a saludar a su amiga, esa que se fue sin despedirse.
