Todo tiene su momento, nada permanece inerte en el tiempo, ni siquiera los recuerdos. Una vez que hemos vivido algo en particular, que por muy significativo que haya sido para nosotros, creemos que ese momento en particular no lo olvidaremos nunca, pero si, podemos olvidarlo, de hecho, puedo decir que sólo recordamos algunas pocas cosas de ese momento en particular, no todo en detalle.
Es posible que queramos que algunos de esos recuerdos, de esas cosas que hayamos vivido pudiéramos revivirla una y otra vez, pero no, no es posible, e incluso puedo decir que no sería sano mentalmente para nosotros. Pudiera, si tuviéramos la posibilidad de echar el tiempo atrás, ser contraproducente, porque si volvemos a estar reviviendo una y otra vez un mismo hecho, quizás no queríamos volver al presente.
Este es un caso hipotético, quizás sacado de una especie de película de ciencia ficción que me he creado mentalmente, pero seguro que podría ser una opción si alguna vez en la historia de la humanidad se logran esos viajes en el tiempo. Pero, todo tiene su momento, insistiré en esto, nada permanece constante e inalterable, por tal razón debemos disfrutarlo cuando sucede, porque luego sólo quedará en el recuerdo, y no como algo inmutable,, sino sólo mantendremos con nosotros fragmentos de lo vivido.
Uso una imagen de un carro viejo en esta publicación, olvidado, abandonado. Pero podemos ver algunas películas en las que los utilizan, en sus años dorados, y eran prácticamente un lujo, quien lo tuvo de primera mano lo habrá considerado como una especie de lujo, como su máxima adquisición, y con el paso del tiempo se volvió rutinario. Pasa incluso con quienes tienen la posibilidad de adquirir carros en la actualidad de alta gama, de esos que son carros de ensueño, que con el paso del tiempo, pocos se podrán vender luego a un precio mayor del que invirtieron para comprarlo.
Al final terminan nuestro recuerdos sepultados entre tantas cosas, que sólo podemos ver de nuevo sólo algunas pocas cosas de nuevo, y nunca con lujos y detalles, porque ya ese momento pasó. Sé que parece muy fácil sólo decirlo, pero a veces anhelamos que algo suceda de nuevo, que las cosas no cambien, porque nos sentimos tan bien en y con ellas, que nos duele ver el cambio a algo, que por lo general no es mejor.
Pero, todo tiene su momento, y así s y será siempre.
