Cuando conocí lo que era el Islam (3)

El árabe que estudiábamos es el llamado ARABE MODERNO. Lo llaman así, no porque sea creado modernamente sino porque es el idioma en el que se pueden entender todos los habitantes cultos y modernos de toda las naciones desde oriente hasta occidente. Está basado en el arabe del Corán con pequeñas diferencias.

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La realidad lingüística árabe es muy compleja ya que cada nación, cada región, e incluso cada pueblo tiene su modalidad lingüística que a lo largo de los siglos se ha ido diversificando de tal manera que entre ellos pueden no entenderse. Sin embargo con el Árabe Moderno sí. Es un idioma unificador

Cuando ya habíamos entrado más de lleno en la lengua, sabiendo que Yamal era un conocedor y especialista en el Corán, aprovechamos para leer el Corán en árabe salvando con él las dificultades que entraña la traducción de una lengua que tiene hasta género en las formas verbales.

Pero a Yamal no le le interesaba tanto el Corán como nuestra conversión al Islam, dadas sus continuas insinuaciones.

Nos dijo que las próximas vacaciones ya nos había reservado sitio en casa de sus padres, así que aceptamos la invitación para no desaprovechar la ocasión de practicar in situ la lengua árabe que habíamos aprendido en las clases.

Cruzamos el estrecho de Gibratar y en la frontera tuvimos que esperar más de cinco horas en la cosa para poder pasar a Marruecos.

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Llevábamos mi coche, yo de conductor, mi amigo de copiloto y Yamal detrás.
Tamal nos advirtió que llevamos los pasaportes en la mano y las ventanillas abiertas totalmente, porque era la manera de que nos dejaran pasar sin revisar nada en el coche. De lo contrario los harían pasar dentro de las oficinas destartaladas y nos obligarían a sacar las maletas y enseñarles prenda por prenda del equipaje. Nosotros dos llevábamos un maletín cada uno, y Yamal dos maletas grandes. una normal y otra que pesaba muchísimo.
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Cuando nos llegó el turno se acercó un policía de Hasan II, rey de entonces, padre del actual. y efectivamente, ni siquiera se acercó a nuestro coche al ver la matrícula española. A los marroquíes los apartaban para registrarles hasta debajo de las alfombras.

El policía nos hacía señales con la mano para que pasáramos deprisa y sin parar al son de un silbato. Así que yo aceleré al máximo y de pronto ya me encontré en la carretera hacia Tetuán.

En esto, que vi por el espejo a Yamal resurgir de debajo de una manta tapado totalmente y echado mitad debajo de los asientos mitad a los pies de los asientos de atrás.

Le hice a mi amigo una señal para que mirara para atrás y viera cómo se estaba recomponiendo y doblando la manta con la que se había tapado.

Nunca hubiéramos podido pensar que nos había utilizado para pasar clandestino a su país. No nos gustó nada.. Mi amigo y yo nos miramos sorprendidos. (Continuará)