Cuando conocí lo que era el Islam (5)

-Bajamos del coche. Yamal nos decía, mientras abría las maletas encima del capó, que llevaba lo que nos había dicho: ropa, material escolar, lápices de colores, gomas, bolígrafos, compases, para los sobrinos. ¡Y papeles…! Una maleta de mediano tamaño llena de paquetes de papeles. Pesaba como si llevara hierro, pero no nos habíamos percatado cuando la cargó en el maletero del coche. Papeles en paquetes que le hicimos abrir. Octavillas y cuartillas impresas, escribas en árabe: MI amigo abrió un paquete y leyó; y aunque no entendía muchas cosas, por lo menos supimos de lo que trataban. Me la dio a leer a mí, y me ocurría lo mismo No encontrábamos el porqué exacto de esa clandestinidad.
"No problema" -nos decía-; para vosotros no problema. Problema sólo para mí. Aquí ya no problema. Yo llevo a Rabat.
-¿Por qué los has escondidos si no hay nada especial?
-Sí especial, si especial. Lee al final…
Efectivamente terminaba cada panfleto con una soflama contra el Rey Hasan II.
Empezamos a dudar. No podíamos entender si era miembro de un partido político en la clandestinidad. Pero por lo menos ya deshicimos algunas dudas por lo que decidimos seguir. Pensamos que si por una fatal casualidad nos paraba la policía y hacía un registro, nosotros lo teníamos muy fácil diciendo que lo recogimos en auto-stop, y lo hablamos con él.

"Si hay problemas, nosotros diremos que te recogimos en auto stop y allá te las arregles tú. En ese caso diremos que vamos de turismo a Rabat y que nos hospedaremos en cualquier hotel para realizar un viaje de tipo cultural, para aprender árabe que en definitiva es a lo que venimos.
-Claro, claro, -- y se reía lleno de satisfacción.
Seguimos el viaje hasta que llegamos a la puerta de la ciudad de Tetuán. Yo le hice una foto a mi amigo para tener un recuerdo de la entrada a la ciudad, una puerta , la puerta principal “Al BAB”
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No obstante teníamos la mosca tras de la oreja pues no había quedado claro si era un activista político, porque por otra parte era muy religioso y a toda costa quería que conociéremos el Islam para convertirnos y cambiáramos el nombre. Ya nos tenía asignados dos nombres. dos de los 99 nombres de Aláh.

Llegamos a su casa y mi amigo me hizo una foto entrando , en lo que parecía una lujosa mansión.
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Esperábamos que nos ubicada en una habitación, pero no. Nos llevó a un gran salón, con asientos y cojines todo alrededor y nos dijo que allí dormiríamos como huéspedes especiales que éramos. El salón lo presidía "El Corán" en una especie de altar. Dentro se oían voces de mujeres hablar y hablar pero no vimos a nadie todavía. Mientras poníamos nuestros maletines en una esquina entró a los aposentos de la casa y nos trajo sendas chillabas y tarbúsh.

Yo tenía una cámara réflex “canon” y me la pidió para hacernos fotos pues quería tener fotos posando en aquel salón con una mano en el altar del Corán.