El colegio de mis nietos.

( Por esta calle llegan los niños al colegio en sus bicicletas. Conservan el empedrado antiguo, no por falta de presupuesto público sino para que los coches no puedan pasar de 20 k/h)
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Ayer asistí a la reunión del colegio público y gratuito, en el que cursará el quinto curso de enseñanza primaria uno de mis nietos, durante el curso próximo curso 2017-2018.

(La entrada y el jardín adyacente, donde los rododendros blancos ya han salido)

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Me encontraba, creo que como único abuelo, entre todos los padres de los cinco “quintos” del colegio en el salón de actos. La Directora y el Jefe de Estudios salieron a la tarima delante de una gran pantalla de presentaciones. Fueron presentando uno por uno a los profesores del próximo curso exponiendo su currículum. Dio la casualidad de que eran profesores jóvenes, incluso una profesora recién salida de la Universidad y seleccionada como profesora del colegio.

Sabía de la organización alemana, pero al palpar y ver me quedé más sorprendido de lo que esperaba:

Presentaron en una conferencia con ilustraciones el plan riguroso y con una perfección insultante, punto por punto, la programación para el próximo curso. Entre las cosas que más me llamaron la atención fue no tanto que Lengua Alemana, Lengua Inglesa y Matemáticas son las asignaturas con más clases a la semana, sino que como lengua optativa se puede escoger o Latìn o Francés. Los alemanes todavía conceden gran importancia a que una buena parte de los compatriotas sepa Latin y toda la cultura romana desde la escuela primaria. Me parece lo más destacado del plan de estudios en un colegio.

Entre las actividades artísticas y deportivas o de formación múltiple expusieron la excursión de dos días de duración que no la subvencionan con los impuestos que recauda el estado sino que tienen que sufragarlo las familias con 100 euros.

A medida que iba desarrollándose la exposición me venía a la memoria cada uno de los seis institutos en los que impartí clase durante toda mi carrera docente.

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(Gran vestíbulo de entrada, de usos múltiples, desde jugar al ajedrez o comer un bocadillo)

No vi por ninguna parte, sino todo lo contrario, la mala gestión en la enseñanza pública representada en el colegio de mi nieto, de la “fracasada Merkel”, como un español de influencia la denominó en su día.

El colegio está entre las calles, eterno jardín salpicado por viviendas unifamiliares:

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Esta mañana, cuando desperté ya se habían ido al colegio con sendas bicis, y me encontré encima de la mesa un gofre que hicieron mi nieto y mi nieta de de 10 y 8 años respectivamente y lo habían dejado con la cafetera a punto para que diera al botón y saliera el café hecho. Como decimos en España: " como para no caérsele la baba al abuelo...."