La mayoría de nosotros no somos conscientes del paso del tiempo. Los días, los meses y los años pueden transcurrir sin ningún paso significativo hacia una vida mejor. Pero aquellos que son conscientes del tiempo también son propensos a un error común que puede destruir su vida.

Cuando estás demasiado preocupado por el paso del tiempo, creas una fuente de ansiedad que puede rivalizar incluso con los eventos más traumáticos de tu vida.

El tiempo es nuestro mayor recurso en la vida y lo único que tiene un valor real. El tiempo es fugaz, y no esperará a que alcances su cruel velocidad.

Tienen muchos objetivos y tareas, y llegan a creer que hay muy poco tiempo para hacer cualquiera de ellos. Así que, en lugar de hacer nada, están paralizados por una ansiedad cada vez mayor y necesitan administrar su tiempo de la mejor manera posible.

Cuando simplemente tienes mucho que hacer y no puedes permitirte dedicar tu tiempo a cada uno de ellos, terminarás sin ningún progreso.

El paso del tiempo eventualmente se convierte en un demonio de la mente, constantemente molestándote con su debilitante control sobre cómo deberías pasar tus días.

El primer problema que plantea esta mentalidad es un sentimiento de incertidumbre. Para llegar a sus destinos, hay muchos caminos, y con el poco tiempo que tenemos, no puede elegir uno y caminar por ese camino con fe y esperanza.

El segundo problema es simplemente la cantidad de presión mental que viene con pensar en el tiempo como un activo finito. Es absolutamente alentador estar atento al paso del tiempo, pero si piensa que su vida es simplemente días contados, sucumbe a una crisis existencial mucho mayor.

Todo el proceso es irónico, ya que, con su insistencia en no perder el tiempo, terminará desperdiciando más de lo que ahorra debido a todas sus dudas e incertidumbres.

Imagínate a ti mismo en un campo abierto persiguiendo algunas gallinas. Si decides enfocarte en una gallina e ignorar todo el resto, eventualmente la atraparás.

Pero si decides atraparlas a todas juntas, te darás cuenta de que la hazaña es simplemente imposible. Si decides atrapar a una gallina, pero te sientes tentado a dejar de perseguir a otra que pueda parecer más cercana, una vez más pierdes el tiempo y no recibes ningún progreso.

Porque la analogía ficticia de la gallina es una indicación de que siempre hay mucho que hacer, pero tus oportunidades no se ajustarán a tus ambiciones.

En este sentido, siempre habrá otra gallina que pueda parecer más cercana, pero si abandonas la persecución de la gallina original, vivirás para obtener la otra. Todo lo que hace es perder un tiempo que no puede darse el lujo de perder.

Por eso, para ahorrar tiempo, necesita aprender a disminuir la velocidad. De una vez por todas, piense en todas sus metas y deseos, y elija uno que parezca el mejor camino para caminar.

Luego, persigue ese objetivo con total certeza. No permita que su mente se distraiga con todos las demás gallinas en su vida.

A veces, para no perder el tiempo, primero debemos aprender a reducir la velocidad y pensar de verdad en nuestro viaje.