Fuente: Albun Familiar
Bienvenidos queridos amigos. Es un verdadero placer contar con su compañía en este día tan especial para todos nosotros, hoy como todos los viernes es el momento de recordar las historias de Kikito. Un joven en edad escolar como tantos otros de mi ciudad.
Kikito realizo sus estudios en la escuela ¨Nuestra Señora de la Misericordia¨ Unos de los colegios religiosos más prestigioso de la ciudad, un establecimiento que muchos jóvenes quisieran concurrir, pero los costos de ingresos y las cuotas mensuales son muy elevados, motivos que mucho no pueden acceder.
El joven obtuvo su ingreso gracias a un inversor anónimo quien costeo todos los gastos hasta terminar el ciclo de enseñanza. Tiempo más tarde se supo que fue su propio abuelo el inversor anónimo. El abuelo Justo velaba por el futuro de su nieto, siempre quiso que concurriera a los mejores establecimientos, pero su madre no aceptaba por no poder asumir los gastos y no quería crear falsas expectativas y no poder mantener el nivel de enseñanza con el tiempo.
Esta es la explicación porque Justo actuó bajo en anonimato, sabía que la madre de Kikito jamás aceptaría tanto dinero para sus estudios. Lo cierto es que el joven concurría a diario a ese prestigioso establecimiento. Esto hacia a que el niño se esforzar más para obtener las mejores notas. Su abuelo se lo merecía.
Justo tenía muchos motivos para que Kikito asistiera a ese establecimiento, él había recibido las mejor enseñanza en esa escuela, además, fueron esas aulas en donde dio las primeras clases como maestro del ciclo primario, como pueden leer había mucho motivos para querer que su querido nieto estudiara allí.
El principal motivo de hacer que su nieto estudiara en este lugar, estaba en el aspecto religioso, deseaba que Kikito creciera en un ambiente lleno de amor por los demás, así como creció él y le había dado tantos buenos resultados en su camino por la vida.
Justo se debería sentir realizado y orgulloso, Kikito asimilo todas las buenas costumbres y el amor por sus semejantes. El establecimiento se encargó de orientarlo y acompañarlo en los primeros pasos de una vida en el catolicismo, allí recibió su primera comunión y la confirmación.
Fue allí don aprendió a apreciar la semana santa y el significado de ella, mientras otros niños protestaban por estar callado, hacer ayunos o permanecer en silencio, el joven lo disfrutaba con convencido de que no había mejor cosas que pasar estos días en familia y en silencio meditando y rememorando la fe cristiana.
Las reuniones familiares de aquella época eran hermosas, los principales cuatros días de la semana se pasaba en casa de la abuela, una enorme casona que disponía la capacidad para albergar a toda la familia. Esos días se pasaba hablando de viejas tradiciones, el día jueves se visitaba y se peregrinaba visitando las siete iglesias.
Los mayores disfrutaban de las riquísimas comidas típicas que se preparaban exclusivamente para la ocasión, otros en son de cumplir una promesa no probaban bocado por varios días y los niños pasaban los día compartiendo juego de azar.
En ese marco de amor y respeto creció Kikito. Amado por sus familiares, muy querido por sus amigos y admirado por sus compañeros de escuela. Haber salido campeones en los juegos de hándbol le dio cierta popularidad entre los jóvenes y las autoridades habían seleccionado al Joven para representar al colegio en algunas actividades en la que requería la presencia del Establecimiento.
Estas habían sido su mejor semana santa, concurrió a la Iglesia ¨Nuestra Señora de la Merced¨ en representación del colegio. Esta iglesia es un verdadero monumento histórico de nuestra ciudad, con más de cuatrocientos años en pie albergo muchos hechos muy significativos, fue el lugar en donde realizaron las oraciones las mujeres, que días después fueron cautivas por el ejército paraguayo durante la guerra de la triple alianza. Kikito se emocionó hasta las lágrimas haber participado de la misa en conmemoración a la semana santa.
Algo que nunca podrá olvidar fue haber representado al colegio en las instalaciones de la confitería ¨Panambi¨ Un lugar que representa a nuestra ciudad. En donde se elaboran exquisitos productos dulces y salado, aquí nace el alfajor correntino y el popular chipa de almidón, pero por sobre todas las cosas las exquisitas elaboraciones de huevos de pascuas.
Su popularidad se dio sus salones en donde las personas del casco céntrico concurrían a diario a compartir el tradicional mate y ponerse al tanto de las novedades de la ciudad. Mientras esto sucedía y después de haber concluido su charla de representación. Kikito recorría la sala de elaboración del huevo de pascua gigante de tres kilos. Fue una sorpresa para todos Al darse a conocer que el tamaño del huevo de pascua fue una elaboración exclusivamente para regalo de Kikito.
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Muy buena la narracion,y que buena enseñanza tiene kikito,saludos,buenas noche me gusto mucho leer tu publicacion
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@petrarodriguez Muchas gracias querida amiga por apreciar mi trabajo
te deseo un maravilloso dia
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