Este éxodo animal congrego a la población en las orillas de los grandes ríos donde se convirtieron en recolectores de frutos fertilizados por las aguas desbordadas, los animales que sobrevivieron fueron domesticados y formaron parte de su dieta.
Algunos estudiosos afirman que la agricultura como labor, data del periodo neolítico tanto en el norte del actual Irak , en Egipto , China y América del Norte de donde emigraron a Sur América; contar con grandes ríos en su territorio fue factor determinante, el Nilo, el Tigris y el Éufrates son un buen ejemplo a considerar.
Para entonces la tierra se labraba con utensilios de piedra con los que cultivaban cebada, trigo y en el caso de América, maíz y frijoles.
El avance de las labores agrícolas despertó en el hombre la creatividad necesaria para su crecimiento en el campo, taló bosques, preparó la tierra y conoció los ciclos de la luna para provecho de sus cosechas.
Esto provocó que cazadores nómadas , perseguidores de presas para sobrevivir fueran desplazados por agricultores que permanecían en un lugar fijo para atender sus siembras, organizados en comunidades y con tiempo suficiente para atender otras actividades como la cría y domesticación de animales.
Así surgieron los primeros conflictos por causa de los alimentos, las poblaciones se protegieron con murallas y sus habitantes desarrollaron hábitos individuales para avanzar en su crecimiento, aprendieron oficios como la cerámica, el tejido de juncos para hacer cestos, hilados de lana y agregaron nuevas especies de cultivo como la vid y el olivo lo cual exigía mucho tiempo para su producción pero una vez madurado era un beneficio a muy largo plazo.
Estos avances favorecieron el crecimiento de la población y el aumento de la producción generó EXCEDENTES que podían ser cambiados por otros bienes, así nació el TRUEQUE, la primera manera de efectuar lo que hoy llamamos COMERCIO.