EL CUIDADOR || Relato

Mi tía Ellen había partido a Europa y yo era el nuevo cuidador de su casa, un lugar antiguo con paredes desgastadas y techo colmado de tejas. Cuando era apenas un niño solíamos visitarla, pocas veces puesto que vivíamos al otro lado de la ciudad y por alguna razón extraña casi siempre terminaba llorando y lleno de angustia pidiéndole a mis papás que nos marcháramos.

Recordaba a mi tía como una mujer un poco amargada para su edad, mi relación con ella no era excelente ya que solía ser bastante áspera con los niños, de hecho esa fue la razón por la cual no tuvo hijos... yo no era quién para juzgarla pero siempre que nos veíamos causaba en mi un gran desapego emocional. Dudé demasiado cuando me habló para que me quedara un tiempo allí pero recién me graduaba de la universidad, estaba en una situación económica precaria y además la casa estaba a un par de calles de mi trabajo, definitivamente no atravesaba el mejor momento de mi vida, no tuve opción.

Era un martes por la noche, después de un largo día de trabajo me dispuse a preparar la cena, hacía mucho viento afuera, la noche avanzaba lentamente y las sombras de los arboles empezaban a alargarse hasta hacerse interminables... No lograba conciliar el sueño, veía a través de la ventana las ramas chocar unas contra otras, intento mil cosas para poder dormir pero fracaso en cada una de ellas, dándome por vencido me levanto de la cama y salgo de la habitación.

—William… —Escuché mi nombre en un susurro al final del pasillo. Me paralizo unos segundos, de pronto mi cuerpo estaba helado. La temperatura dentro de la casa habría disminuido, quise convencerme de ello.

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Tenía aproximadamente seis años cuando me encontraba en el patio de la casa jugando, escuchaba voces pronunciar mi nombre repetidas veces, veo a lo lejos a mi madre con mi tía tomando té y charlando, y detrás de ellas la sombra de un hombre que está apuntando hacía la calle, poco a poco va desapareciendo y de ella se forma una mariposa negra que empieza a volar a su alrededor, me eché a correr desesperado y me lancé hacía los brazos de madre atemorizado.

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No puedo recordar nada más, mi mente estaba perturbada pues no lograba separar mis memorias del presente. Bajo las escaleras, escucho el llanto incesante de un niño, desesperadamente intento conseguir las llaves para finalmente salir de allí

¡Están en la cocina! —pensé— apenas entro todas las luces se apagan, el tiempo pareciera haberse detenido, ya no escuchaba el viento, ni las ramas, había un silencio total. Voces retumban mis oídos, hombres, mujeres, no podría calcular cuantos intentan decirme algo, seguido una luz resplandeciente lo inundó todo, a escasos metros aparece un hombre vestido de saco y sombrero, cuyo rostro no podía distinguir, después de unos segundo poco a poco se aleja, desaparece y con él las voces.

Todo nuevamente se volvía lúgubre, empieza a caer una fuerte tormenta con truenos y relámpagos, mi cuerpo estaba frío y al mismo tiempo transpiraba, me siento inmóvil pero saco fuerzas para poder huir, por fin consigo las llaves, corro hacia la puerta y antes de salir escucho en el fondo una voz penetrante decir: De nosotros no debes temer, tu alma no es nuestra… Hace años Ellen le hizo al demonio su mayor ofrenda...

Fuente

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Gracias por quedarte hasta el final 🙌 … Nos leemos pronto 🔜