Fuente
triste final de un sueño que despertó las almas
y las transformó en hoguera de pasiones
donde ardimos sin importarnos los peligros.
Navegamos a la deriva entre caricias y besos
que nos ocultaron la tormenta y los vientos
que harían zozobrar nuestra embarcación
fabricada de ilusiones, esperanzas y futuro.
Fuimos ingenuos ante las trampas que a diario
la convivencia fue colocando, minando los afectos
y mimetizando los placeres cotidianos entre la rutina
que como milenario nigromante fabricó la costumbre.
Nuestro amor terminó siendo una pesadilla.
los días se transformaron en oscuras noches,
las risas en amargas lágrimas y la despedida
terminó siendo un acto divino de benevolencia.