Cuando alguien se decide a ser emprendedor, es decir, cuando se ha decidido a vivir la emocionante aventura de emprender y ser independiente en cualquiera de las muchas facetas que ello puede implicar (financiera, personal, etc), es frecuente que se encuentre con el dilema de no saber si observar las cosas con un halo de realismo extremo o si simplemente vivir fantaseando con alcanzar el éxito.

Primero que nada

Hay que aclarar que emprender (ya sea Online o en el Mundo Real) es algo cada vez más frecuente hoy en día; especialmente porque los tiempos que corren han hecho que mucha gente se dé cuenta de que trabajar para otros bajo relación de dependencia, nunca (o casi nunca) les traerá todo el éxito, prosperidad e independencia personal y financiera que podrían alcanzar si trabajan eficientemente para sí mismos en sus propios proyectos.

Por tanto

En vista de ello, tenemos un Mundo donde cada vez más y más personas se lanzan a la tarea de emprender, con variados resultados en el camino; es decir, algunos consiguen el éxito anhelado y otros no; algunos emprendedores consiguen, al principio, resultados medianamente satisfactorios en sus emprendimientos y se dedican a tratar de hacerlos crecer un tiempo más; pero más adelante se dan cuenta de que crecer o lograr el éxito en tal sentido, es más complicado de lo que parece y abandonan; otros se desaniman y abandonan al poco tiempo de empezar en sus emprendimientos, ya sea porque no tienen la suficiente paciencia requerida para tal propósito y saben, o han percibido de alguna manera, que les tomará un tiempo prudencial de aprendizaje, esfuerzo y/o inversión llevar a buen término el proyecto que anhelan; o de plano, porque consideran que es una pérdida de tiempo y prefieren volver a tener un empleo convencional de toda la vida.

Fuente de la imagen

¿Por qué fracasan algunos emprendedores?

Pregunta con respuesta complicada, porque pueden darse miles de razones para ello; pero creo que puede decirse que esencialmente se debe a incredulidad y falta de disciplina y voluntad. No es sencillo llevar a cabo un emprendimiento, tampoco lo es darte cuenta de que para llevar una vida como la que sueñas, tienes que sacrificarte más de lo que piensas; no es sencillo darte cuenta de que ser tu propio jefe, implica que no tienes horarios de trabajo; es decir, que trabajarás incluso muchas más horas que las que sueles o puedes trabajar en un empleo convencional. Para algunas personas no es fácil asumir todo lo que implica ser un emprendedor, y no están dispuestas a entender que al principio, todo emprendimiento tiene sus pautas y que en el mundo de los emprendimientos nada es gratis; porque tienes que invertir tiempo, esfuerzo y/o dinero para conseguir los resultados anhelados.

A la luz de todo lo mencionado hasta ahora en este post, es posible preguntarse entonces: ¿Qué conviene más al emprender?... ¿Qué es lo más recomendable?

¿Pisar tierra o vivir soñando?

Al emprender puede decirse que es posible asumir dos posturas extremas: 1- Pisar tierra o 2- Vivir soñando. Entendiendo "pisar tierra" como mirar las cosas en su dimensión real, sin una pizca de optimismo, sino lo más objetivamente posible y "vivir soñando" como exactamente lo opuesto; es decir, vivir dejando de lado la realidad, emprendiendo sin tomar en cuenta todo lo que ello implica, todo el éxito que se está logrando o dejando de tener y las causas de ello.

Fuente de la imagen

¿Pero cuál sería la postura correcta en tal sentido?

Puestos a elegir; si un emprendedor tuviera que asumir solo una de las dos opciones mencionadas en este post; obviamente es más recomendable pisar tierra que vivir soñando; y con toda seguridad es lo menos riesgoso. Pero es que tal vez, pretender asumir únicamente alguna de las dos posturas mencionadas puede llevar al fracaso de los emprendimientos, porque puede generar errores garrafales de apreciación. Por un lado, una postura que pretenda ser extremadamente objetiva puede convertirse (si no se tiene cuidado) en cerrada y con enorme tendencia al pesimismo; y de la misma manera, una tendencia excesivamente optimista es por lo general subjetiva, sesgada e incapaz de ver, ni considerar los enormes retos, obstáculos y problemas que pueden presentarse al emprender, aunque sean más que evidentes.

En mi opinión, pienso que el sentido común sugiere que la postura correcta a este respecto, sería un punto medio entre la objetividad (pisar tierra) y el optimismo. Quizás lo recomendable para los emprendedores no sea "vivir soñando", pero sí mantener un sano optimismo que los oriente a la acción positiva en sus emprendimientos, sin perder de vista la realidad de las cosas, sin hacer a un lado la objetividad necesaria. Porque emprender es una actividad que requiere mirar las cosas con gran objetividad y actuar en consecuencia, pero también requiere de grandes dosis de optimismo, para seguir adelante cuando todo parece estar en contra, para mantener la voluntad, confianza y actitud correcta ante las adversidades en nuestros proyectos. Por todo lo mencionado en este post, pienso que hay que mirar el optimismo como un complemento de la objetividad, y viceversa; para poder alcanzar el éxito anhelado en todos nuestros emprendimientos.

Para los emprendedores, no se trata de tener un optimismo que nuble su visión objetiva de la realidad, se trata de tener un sano optimismo que la complemente y les oriente oportunamente a la acción efectiva en sus emprendimientos. ¿Objetividad? sí, pero objetividad proactiva orientada a la acción e impulsada por un razonable nivel de optimismo, que en cierta forma puede considerase o verse como una manera positiva de ser.

En fin; ¿Qué opinan respecto al tema expuesto en este post? No olviden comentar.

Hasta la próxima.

Artículo escrito por José Quintana.

---

---

Recuerden apoyar a la comunidad hispanohablante en Steemit a través de los geniales equipos curadores que dan respaldo a nuestro maravilloso idioma, entre ellos:

@talenclub

@cervantes

@mosqueteros

@cooperacion

@provenezuela

@CodeByte

@proapoyo

@RutaBlockchain

¡Comenten, voten y hagan crecer nuestra Comunidad!