Cuando me levanto en las mañanas siempre doy gracias a Dios por un nuevo día.
Es hermoso despertarse lleno de energía, oler el aroma de un buen café y unas arepitas recién hechas.
En este día en particular, ya saliendo de mi edificio me encontré con este regalo de Dios,
Un Arco Iris hermoso, de verdad les digo que me detuve y me quede observándolo por un momento, ya que este regalo del amanecer solo podía venir de Dios,diciéndome: