Interesante representación, donde la Virgen aparece junto a un dormido Niño Jesús y un joven Bautista, que parece, con su rezo, velar el sueño de aquél. La postura del Niño Jesús recuerda, comparativamente hablando y en parte, aquélla otra con la que Miguel Angel dotó a su famosa escultura de David. La Virgen luce un inusual vestido de color rosa y puede suponerse que también sea suyo el manto de color dorado sobre el que el Niño duerme feliz y despreocupadamente. Da la impresión de que con su mano derecha, retira cuidadosamente el velo que hasta ese momento cubría el rostro del infante, anunciando un próximo despertar. La presencia de Juan, a quien la Virgen estrecha contra su costado izquierdo, resulta también significativa, hasta el punto de que observando a ésta trinidad, se tiene la impresión de asistir, convenientemente cristianizado, al mitológico tema de la Aurora, la Eos griega, figura que servía de árbitro entre la Luz y las Tinieblas; entre la muerte y el despertar, si bien la figura que mejor se amoldaría a este papel, dentro de la mitología judeo-cristiana, sería la de María Magdalena.
Datos de la obra:
Autor: Rafael Sanzio (1483-1520)
Siglo XVI
Características: óleo sobre tabla