Soy colombiano y amo mi país. Sin embargo, en el presente año nació un amor en mi corazón por un país fronterizo que en esta época ha estado en boca de todo el mundo: Venezuela. Dios ha propiciado encuentros y construido relaciones de amistad con muchos venezolanos, cuyas historias me han llevado a orar continuamente por su país y a desear lo mejor para tanta gente que hoy está pasando necesidad.
Estoy seguro de que ese sentimiento del que hablo fue puesto directamente por Dios, pues también se hizo presente en 28 amigos colombianos, alemanes y venezolanos residentes en Colombia, quienes decidimos hacer algo que para muchos fue una locura: Ir a Venezuela a llevar VIDA, justo cuando el país se encuentra en su peor momento social y económico. No sería fácil, pues le exigiría un gran esfuerzo económico y físico a todas las personas que quisieran ir. Sin embargo, Dios me ha enseñado algo muy claro a lo largo de mi vida cristiana: Si Él da una visión, así mismo da los medios necesarios para que esta se lleve a cabo. Eso fue precisamente lo que pasó: Dios hizo realidad el sueño, y entre el 8 y el 16 de diciembre estuvimos en la ciudad de Barquisimeto en la misión VIVE VENEZUELA. Quiero hablarles un poco de esta experiencia. Tendré que resumir excesivamente, pues es difícil expresar en pocos párrafos todo lo que Dios hizo la semana pasada. Espero que Disfruten este breve relato.
Milagros en la previa
Parada no planeada en el municipio de Pamplona, Norte de Santander (Colombia). Todos los venezolanos que se ven en la imagen cruzan el país caminando para llegar a sus destinos.
En cuanto a donaciones, el objetivo de la Misión Vive fue llevar a Venezuela unos 400 kits de aseo, pues estos implementos son sumamente costosos y escasos en el país. Todo el costo sería asumido por los misioneros, incluyendo desplazamiento, hospedaje, alimentación y donaciones. Esto sumaba una cantidad considerable de dinero, así que la misión empezó desde mucho antes de viajar: Empezó con oración y pasos gigantes de fe. Parecía difícil, pero Dios hizo milagros económicos impresionantes con cada voluntario, trayendo los recursos financieros necesarios de formas totalmente inesperadas. Además, Dios también tocó el corazón de muchas personas a lo largo y ancho de Colombia que decidieron realizar aportes económicos o en especie para la misión. Todos estos aportes hicieron que el costo por misionero se redujera entre un 20 y un 30%.
Con los recursos recoletados, el grupo de voluntarios salió de la ciudad de Medellín el 6 de diciembre hacia Cúcuta (frontera entre Colombia y Venezuela). Nos esperaba un viaje larguísimo en el que veríamos la mano de Dios en cada detalle. De hecho, la misión VIVE VENEZUELA comenzó estando aún en territorio colombiano: Antes de llegar al municipio de Pamplona, Norte de Santander (ver imagen arriba) nos encontramos con un campamento de venezolanos que estaban dispuestos a cruzar el país caminando. Algunos se iban a establecer en Colombia y otros iban a caminar hasta Ecuador y Perú. Además, en el sitio en el que estaban en ese momento, se encontraban a punto de subir al páramo de Berlín, un lugar en el que las temperaturas descienden a -10°C y en el que muchos caminantes venezolanos han muerto por hipotermia. Bajamos del bus en el que íbamos, compartimos un rato con estas personas, oramos por ellos, les dimos una palabra de ánimo y repartimos varios de los kits de aseo que llevábamos a Venezuela entre ellos. Este tipo de personas necesitan más que nunca del amor de Dios.
El viaje continuaba. Llegamos a Cúcuta y seguía uno de los momentos más tensionantes de la travesía: El cruce de la frontera. Nos habían comentado numerosas historias de misioneros a quienes los militares venezolanos les decomisaban las donaciones que llevaban, por lo que la adrenalina estaba a tope. Sin embargo, Dios fue muy bueno: Los guardas solamente detuvieron por un momento a uno de los misioneros, lo interrogaron por menos de un minuto y no le quitaron nada. Era oficial: Estábamos en Venezuela.
Desde allí nos esperaba un viaje de aproximadamente 11 horas hasta la ciudad de Barquisimeto. Necesitábamos la protección de Dios, pues también nos habían contado algunas historias relacionadas con actos delictivos en las carreteras del país. Además, en la carretera los controles militares siguen, pues hay numerosos retenes en los que suelen registrar a los pasajeros y sus equipajes. Sin embargo, Dios nos acompañó y no tuvimos ningún problema en el viaje a Barquisimeto. Llegamos el sábado 8 de diciembre en la mañana. VIVE VENEZUELA empezaba a hacerse realidad.
Una iglesia local apasionada
Algunos del equipo (no sé en dónde estaba yo en el momento de la foto) con varias personas de la iglesia Las Buenas Nuevas Central
La misión empezaba oficialmente el lunes, pero el domingo fuimos a una de las reuniones de la iglesia Las Buenas Nuevas Central, quienes nos recibieron con un amor que solo proviene de Cristo. Es impresionante ver el amor, la pasión y la excelencia con la que estas personas sirven a Dios, a pesar de que su país está pasando por su peor momento. Sin importar el contexto, no se limitan a la hora de adorar a Dios y están siempre dispuestos a escuchar lo que Él tiene para decirles. Además, junto con otras iglesias de la ciudad estuvieron planeando la logística de la misión en Barquisimeto con mucha anticipación. De hecho, en casi todos los sitios en los que estuvimos en la semana, las iglesias cristianas de Barquisimeto habían hecho un trabajo previo admirable. Confronta mucho esa actitud: Siempre habrá personas a las que podremos ayudar a pesar de nuestra situación; siempre habrá gente que necesite escuchar el mensaje de Salvación. La iglesia Las Buenas Nuevas y las demás iglesias de Barquisimeto son un gran ejemplo a seguir, evidenciándose esto durante toda la semana de misión.
Visitando barrios en Barquisimeto
El lunes y el martes estuvimos divididos por grupos visitando diferentes comunidades (algunas bastante vulnerables) de Barquisimeto. Íbamos casa por casa orando por las personas, hablándoles del mensaje de salvación y dejándole a cada familia un kit de aseo. Dios usó de forma impresionante a cada uno de los miembros del equipo misionero, pues nos mostró específicamente cuál era la necesidad espiritual de cada familia y por qué motivo era necesario orar. Desde ahí empezamos a romper muchas estructuras de religiosidad e idolatría, dos problemas que tienen fuertemente atado al país en lo espiritual. Más allá de las necesidades económicas que saltaban a la vista en estas comunidades, las necesidades más importantes son las espirituales, esas que solamente suple Jesús. Ese fue nuestro enfoque principal durante toda la misión. Ambas jornadas las cerramos con tiempos de adoración pública en dos canchas de estos barrios.
De estos dos días no puedo dejar pasar un suceso increíble que tuvo lugar el martes en la mañana: Por un problema de comunicación con el transporte, resultamos desayunando en un colegio público en el barrio La Carucieña. Allí, empezando como algo espontáneo y sin seriedad, empezamos a cantar canciones de alabanza y adoración a Dios. De un momento a otro, sentimos cómo Él descendió a ese comedor y empezó a tocar vidas. Algunos estudiantes escucharon el ruido y fueron al comedor, siendo tocados por Dios y entregando su vida a Él sin ningún reparo. Así mismo, varios docentes y empleados de la institución fueron abrazados por el Señor y dijeron SÍ a su voluntad. Fue un momento glorioso.
Titanes de la generosidad
El miércoles estuvimos visitando una de las sedes de la iglesia Las Buenas Nuevas, ubicada en el barrio "La Sábila". Este barrio es considerado como uno de los sectores más peligrosos de latinoamérica, pues la delincuencia ha hecho que el 70% de las edificaciones estén en ruinas. Allí la iglesia tiene una fundación, cuyo objetivo es contribuir a acabar con la desnutrición de los niños en este barrio. Para esto, la principal estrategia es dar una comida tipo almuerzo todos los días a las 11:30 de la mañana. Esta comunidad es muy pobre, por lo que en muchos casos esa es la única comida que los niños tienen en todo el día. Sin embargo, todo no termina ahí: Tienen un programa médico especializado en niños menores de dos años, ya que diversos estudios han comprobado que si a esa edad hay desnutrición, el niño tendrá complicaciones cognitivas permanentes durante toda su vida. Por lo tanto, se atiende a las madres desde su embarazo con nutricionistas y a los niños recién nacidos con diferentes terapias, evitando de esa manera las complicaciones mencionadas anteriormente. Es un trabajo admirable que se hace todos los días desde hace cuatro años, atendiendo diariamente a unos 400 niños en promedio. Estas personas te retan a hacer más por el reino de Dios: En ocasiones lo tenemos todo y nos reservamos cosas en nuestro servicio a Dios y a los demás.
Llevando libertad
El jueves en la mañana tuvimos una de las experiencias más fuertes de toda la semana: Estuvimos en una cárcel de menores. El problema económico en Venezuela es muy difícil, pero la mayor dificultad del país es la crisis social: Hay una sociedad descompuesta en la que se ha perdido la empatía y el amor por el prójimo. Por ese motivo, la delincuencia se ha hecho muy fuerte y son muchos los delitos graves cometidos por menores de edad. Sin embargo, es impresionante ver cómo el amor de Dios está por encima de las barreras que nosotros mismos ponemos; trasciende más allá de los errores que cometemos. En los últimos dos meses, varias iglesias cristianas han visitado esta cárcel diariamente y la mano de Dios se ha visto: En palabras de los mismos guardias, los actos violentos dentro del retén han disminuido casi en su totalidad. Hasta hace muy poco se presentaban motines en los que incluso asesinaban reclusos de las formas más macabras imaginables, pero hoy la realidad parece ser distinta. Esto solamente lo hace Dios. Además, tuvimos la oportunidad de almorzar de la misma forma que lo hacen los presos que están allí. Fue una clara lección de humildad y gratitud hacia Dios.
Misión milagro
El trabajo con las comunidades terminó el jueves en la tarde en el hospital pediátrico de Barquisimeto. Allí tuvimos la oportunidad de compartir con casi todos los niños y sus acudientes, orando por ellos, dejando una palabra de aliento de parte de Dios y dejando un kit de aseo. Oramos no solamente por su sanidad física, sino por su sanidad espiritual y emocional, siendo estos aspectos solamente provistos por la obra salvadora de Jesús. No creo que con Dios existan las casualidades, y definitivamente no fue casual que justo ese día estuviesen estos niños internados allí, pues el Señor tenía un propósito mayor: Que todas estas personas escucharan el mensaje de salvación y recibieran un toque de su amor.
Congreso VIVE VENEZUELA
El viernes y el sábado tuvimos el congreso VIVE VENEZUELA en la iglesia Las Buenas Nuevas Central. Asistieron personas de varias iglesias de la ciudad y fue un tiempo increíble en la presencia de Dios. Se vivieron momentos impresionantes de alabanza y adoración, en los que descendió el Espíritu Santo y quebró cadenas, reavivó llamados, trajo palabra viva y animó el espíritu de muchos cristianos que estuvieron. No es fácil seguir a Dios en las circunstancias en las que está Venezuela, y Él trajo el ánimo que cada miembro de su iglesia necesitaba. En las conferencias Dios trajó palabras absolutamente precisas para la situación que hoy vive la iglesia cristiana en Barquisimeto y solo quedamos con palabras de agradecimiento por lo que pasó en estos dos días.
A título personal, estoy muy agradecido con Dios porque es la primera vez que tengo la oportunidad de tocar la batería por fuera de mi país específicamente para ADORAR A DIOS. Nunca es un derecho, siempre un privilegio.
Las palabras no alcanzan para agradecer a Dios por todo lo que hizo en esta misión. Gente entregándole su vida por primera vez, corazones tocados por su presencia, palabras precisas para cada situación, amor que descendió del cielo para abrazar cada corazón, aliento que solamente viene de Dios hacia su pueblo para continuar siguiéndole, y definitivamente VIDA PARA VENEZUELA. Como equipo misionero solamente nos quedan palabras de gratitud. NUESTRA CORONA ES JESÚS Y GASTAREMOS NUESTRA VIDA EN ÉL.
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Han hecho algo extraordinario, una iniciativa muy valiosa e importante, de una verdadera religiosidad, de esa que se concreta en actos y acciones para brindar apoyo a los necesitados, muchos saludos.
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Gracias por leer, @doctorlibro. La gloria siempre será para Dios. Saludos.
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muchas gracias por este port sobre Venezuela, gracias por la empatia hacia la situacion que actualmente atravesamos. upvote para ti. sigueme @tecnobets
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