Puede ser que parezcamos tener todo lo que el mundo ofrece: riqueza, poder, placeres, fama, no obstante, detrás de la fachada florecen la tensión y la miseria, es posible que la causa de esta tensión y miseria sean, precisamente la riqueza y los placeres que la gente persigue con tanto afán.

El primer paso para resolver este problema es reconocer cuales son nuestras prioridades, lo que importa no es lo que tenemos, sino quienes somos dentro de nosotros mismos.
Uno no ama a su cónyuge o aun amigo porque sean perfectos, los amamos a pesar de sus errores y fallas, solo por medio del amor, aprendemos a no juzgar a otros