Y... hablando de gente tóxica.

Y... hablando de gente tóxica.

Considero que, al uno referirse a gente tóxica, se alude a quienes cargan una flama o pócima contentiva de veneno, no solo en la lengua, sino también en los gestos, y forma de ser y actuar.

En las escuelas donde trabajé, siempre escuchaba comentarios de compañeros de trabajo, en los que sentenciaban:

.- No le digas nada a María, porque María es muy tóxica, y va a malinterpretar todo cuanto le expreses.

Pero existe toxicidad en ambos géneros, y son mal vistas, pero en el hombre parece que es más condenable. Toxicidad que se pone de manifiesto cuando una persona llega a un lugar, y los demás callan, o se retiran, o actúan por decencia.

Ayer, por ejemplo estaban 2 señoras vecinas hablando muy amenamente, y se acercó un hombre que no es muy conocido por facilitar la comunicación, y me di cuenta de que no les cayó bien, y ellas callaron hasta que el hombre se dio cuenta de que no era bienvenido. Duró unos 3 minutos, y al no soportar ese silencio, se marchó.

Por lo general, son personas que hablan con un tono no muy agradable aunque a veces fingen dulzura y sosiego.

Pero hay algo muy especial en este particular, y es que nadie afirma de sí mismo, que es tóxico, sino los demás. He experimentado que hay personas que se echan la culpa de algo, que aceptan haber cometido errores y pecados, pero jamás a alguien que asegure que es tóxico.

Para el tóxico, siempre los tóxicos son los demás.

Y de llegar a preguntarme si soy tóxico, lo negaré aunque tenga más veneno que una cobra.

Que Dios nos libre de la toxicidad.