Es bien sabido. En Venezuela, muchas personas se angustian, lamentan, enfurecen, cuando aumentan el salario mínimo. ¿Acaso son patronos sin corazón que solo pretenden explotar a sus empleados? Sin duda debe haberlos, pero cada vez más, son los propios “beneficiados” los que ponen el grito en el cielo.
¿Otra muestra de nuestro particular “mundo al revés”? ¿Acaso los venezolanos “estamos todos locos”, como nos diagnosticó José Mujica? Puede ser, pero a riesgo de parecer otro orate que típicamente niega serlo, diré que este extraño fenómeno es por el contrario una muestra de sensatez. Parece que los venezolanos, a fuerza de inflación, devaluación y destrucción de empleos, estamos aprendiendo por fin a mirar más allá de las apariencias. Aprendiendo que el dinero no genera valor si no hay producción. Que los aumentos solos no son solución sino síntoma, y hasta un agravante de la pobreza. Y que cuando dan tantas “buenas” noticias, no hay que celebrar hasta haber leído la letra pequeña.
–Entonces tú no quieres cobrar el aumento.
–Shhhht...
Publicado originalmente el 15 de septiembre de 2017 en https://laverdeescritor.blogspot.com/2017/09/me-aumentaron-el-sueldo-maldicion.html