Mucho tiempo antes me había llamado la atención este lugar tan curioso. Para los que no sepan de que se trata, es una colonia de alemanes dentro de Venezuela, que tiene casi 200 años desde su fundación. Documentándome un poco, leí que los alemanes fundadores de dicha colonia llegaron a Venezuela en 1843 por Choroni, lugar donde fue mi anterior aventura, 5 días antes. Quizá obra de Hermes, dios de los viajeros, traerme a estos dos lugares conectados entre con un lapso tan corto entre los dos.
Planee esta visita junto con mi amiga Massiel, quien tenía ganas de regresar a este pueblo, a diferencia de mi que era mi primera vez. El Domingo 26 de Noviembre del 2017 partimos desde Charallave rumbo a la Colonia Tovar, haciendo escala en La Victoria. Mis expectativas eran mixtas, ya que aunque me daba curiosidad el sitio, no me imaginaba que tipo de actividades habían disponibles para nuestra diversión. Llegamos al sitio poco después del mediodía y lo primero que noté fue su clima templado, muy parecido al de mi ciudad natal, Mérida. Y el parecido no acababa ahí, ya que las montañas, los campos agrícolas y la amabilidad de los habitantes, eran también como en Mérida. Sin embargo, lo que más destaca de todo lo anterior mencionado, es la arquitectura. Las casas, tiendas, supermercados, hasta los bancos; todos los edificios diseñados de una manera que te hace pensar que realmente estas en un pueblo alemán por allá en Europa. Es increíble como estas personas, después de tanto tiempo, han conservado su cultura, sus tradiciones y, en cierto modo, el estilo de vida de sus antepasados.
Luego de un breve recorrido por el pueblo, almorzamos en una pizzeria bastante pintoresca, con un ambiente agradable y, oh dios, lo que siempre he pedido que coloquen en todos los locales del mundo ¡Un enchufe cerca de cada mesa! La atención fue esplendida, son muy atentos con los visitantes. Luego de eso intentamos contactarnos con la posada donde nos quedaríamos, ya que queríamos dejar las cosas para seguir recorriendo el lugar. Mal planificado fue el sitio, ya que quedaba lejos del centro del pueblo, por lo que ir y volver se hacía una tarea casi imposible. Decidimos seguir paseando por el pueblo, y ya luego entrada la tarde iríamos a la posada. Vi cosas muy interesantes, el museo por ejemplo habla de la fundación de la colonia, los primeros artículos que utilizaba y muchas cosas antiguas.
También pasamos por la catedral(La primera imagen del post), que aunque no soy católico, debo aceptar que es muy bella, igual con el estilo arquitectónico alemán y vitrales hermosos.
Y entre otras cosas curiosas vistas por ahí...
Y para finalizar el día, unas fresas con crema.
Ya alrededor de las 5, decidimos dirigirnos a la posada. Nos toco ir en taxi, que aunque podíamos ir caminando, quedaba muy lejos y no sabíamos exactamente como llegar, ademas de que estábamos muy cansados para eso. Llegamos sin mucha dificultad, Alojamiento Schoenstatt se llama (Hasta el día de hoy no sé como se pronuncia), donde atiende un señor de tercera edad muy amable y atento, con gracia nos dimos cuenta que todas las habitaciones tienen nombre de flores.
Ya entrada la noche, noté con gusto que todo se inundaba de neblina, recordándome tanto esas noches en el páramo merideño, bajando lentamente la temperatura, para dormir plácidamente. Si van un día a la Colonia Tovar, recomiendo mucho quedarse de un día para otro, la experiencia nocturna es única.
Ya al amanecer, un grato día frío nos dio la bienvenida.
Nos arreglamos y procedimos a bajar al pueblo caminando, y en camino nos encontramos con muchas estructuras con ese diseño tan único.
Y para terminar esta aventura, unas deliciosas hamburguesas con salchicha alemana.
Decidimos bajar por la vía de Caracas, y así me despedí de la Alemania del Caribe. Espero muy pronto darles otra visita, ya que hay muchas cosas de las que no disfruté por cuestiones de tiempo. De verdad recomiendo mucho este lugar, para aquellas personas que quieren ver algo diferente sin salir del país. Bis später, Tovarkolonie.