Tenemos a Abraham como un ejemplo. Después de que Abraham creyó a Dios y lo obedeció, Dios prometió multiplicar a su descendencia como las estrellas del cielo y la arena del mar.

"De cierto te bendeciré, y multiplicaré tu simiente como las estrellas del cielo y como la arena que está a la orilla del mar, y tu descendencia poseerá las puertas de sus enemigos. En tu simiente serán benditas todas las naciones de la tierra, porque has obedecido mi voz "(Génesis 22: 17-18)

Como le prometió a Abraham, Dios quiere multiplicar a nuestros descendientes. Dios ha provisto todo lo necesario para que su pueblo crezca y se multiplique. Leemos de la Iglesia primitiva que el número de creyentes aumentó enormemente y se multiplicó.

Dale al Señor lo que tienes y Él lo multiplicará más allá de lo que puedas imaginar. Él lo usará para alimentar a un mundo moribundo que necesita el pan de la vida.

Feliz y bendecido día para todos.