Nada Puede Ser Peor

Esta es una frase recurrente en la sociedad venezolana, producto de un país que se ha venido descomponiendo de forma acelerada y consecuente. Tenemos un buen rato, donde las cosas no funcionan de manera correcta, provocando una crisis humanitaria sin precedentes en la américa latina, sobre todo para un país lleno de recursos naturales, muy mal aprovechados.  

Recuerdo desde más Joven, que era muy común escuchar “Nada puede ser peor”, incluso yo era uno de los que repetían esta frase con tal convencimiento, que en estos tiempos, me juzgo por mi incredulidad en ese momento de mi vida, sumándole a eso, mi ignorancia sobre muchos temas. Es verdad que esta crisis viene producto de las malas decisiones y la corrupción en las instituciones públicas desde hace mucho tiempo. Y creo que fuimos ingenuos en no pensar en la gravedad del caso.  

No nos importó en ese tiempo, producto de nuestra “Comodidad”. Comodidad que ha tenido consecuencias graves para nuestra población, desde una masiva migración de venezolanos en busca de una mejor vida, hasta el estado de desnutrición que ha acabado con miles de vidas en el país. Si pensamos por un momento, que no tenemos culpabilidad en esta situación, estamos equivocados, tenemos nuestro grado de culpa. Algunos más que otros, pero la tenemos.  

Evidentemente, la historia no se equivoca, nosotros ya sabíamos muy bien, lo que nos podía esperar en un gobierno de Chávez. El socialismo está más que comprobado que no funciona, es una ideología criminal, que lo menos que respeta, es la vida misma. Solo volvamos atrás en el tiempo y veamos las consecuencias del socialismo en las distintas partes del mundo y tendremos parte de las repuestas de nuestra actual situación.   

Sabemos muy bien, que vivimos en tiempos históricos, momentos que quedaran marcados para siempre, esta es una historia para nuestros hijos y nietos. Tenemos la posibilidad de hablar en el futuro de lo heroico que fuimos en esta lucha, tanto los que se fueron, como los que quedamos resistiendo hasta el final. Obviamente, no es una tarea fácil, porque son personas malas, viciadas por el poder.  

Su fortaleza no se trata precisamente de lealtad como ellos pregonan, más bien, se trata de complicidad en el gran robo que le han hecho a la nación. Es increíble el sufrimiento, la tristeza en las calles, la hambruna que nos rodea, nuestros padres y abuelos mueren por hambre y por falta de medicamentos. Las madres sufren y lloran muchas veces en silencio por no tener que darles a sus hijos. No es justo lo que vivimos, pero al fin y al cabo es una gran lección que nos está dando la vida de lo que no debemos hacer más nunca.  

Que somos seres imperfectos, es verdad, pero sino aprendemos de esta lección o castigo, como queramos verlo, seguiremos sufriendo en el futuro, sin importar lo que hagamos. Creo yo, que es suficiente dolor que hemos estado viviendo, no es tiempo para decaernos y perder las ganas. Más bien debemos motivarnos de que el final de la tiranía está cerca muy cerca.  

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