Fuente: steemit
Era una noche fresca con olor a mar, por lo que decidí ir a dar un paseo. Cuando iba en el camino escuché un estruendo cerca de mí, al darme vuelta yacía en el suelo una mujer herida, me pidió ayuda e intenté levantarla, al soltarla se derrumbó nuevamente, sumida en dolor y con la mirada casi ida me dijo: huye, corre, ahí viene, sálvate! Vi a alguien descender a pie por la avenida, al acercarse me pareció que tenía sangre en su ropa, se detuvo por un momento, se agachó para amarrar las trenzas de sus zapatos. Levantó su cabeza y nuestras miradas se encontraron, un escalofrío recorrió mi espalda, no sabía por qué, pero comencé a temblar, de repente el miedo me invadió, comencé a correr sin rumbo, sin detenerme, recordando las últimas palabras de esa mujer moribunda.
La calle estaba oscura, solitaria, sentía que alguien me seguía, yo estaba aterrorizada, cuando de repente apareció ante mí, sus ojos brillaban, solté un grito, nadie me escuchó, nadie me ayudó, sollocé, al acercarse lo empujé, cayó al piso, se levantó enfurecido, entonces, me tomó por el cuello, yo luchaba frenéticamente pero al final mis fuerzas me abandonaron, él puso sus labios sobre mi cuello, lo rasgó con sus colmillos y comenzó a beber mi sangre, un dolor me invadió, mi cuerpo se desvanecía, intenté sobreponerme hasta que caí en un sueño profundo.
Al despertar nos miramos, contemplé su rostro, su mirada profunda y sus dientes blancos. Mi instinto me decía que este era mi destino.