Colores, todo está lleno de colores; luces fluorescentes que iluminan el lugar. Las bombillas de muchos colores marean a aquellos que están pasados de tragos y deslumbras a los que están ingresando en el pequeño bar. En una esquina un joven espera a su amada. Lleva dos horas tomando un aguado trago de ron.
Su cuerpo está cansado y maltratado. Ha trabajado durante más de doce horas seguidas, y no ha sido solamente ese día, lo ha hecho durante tres meses. Ya su cuerpo no puede más.
Una joven se acerca contoneando las caderas, lleva el pelo negro suelto hasta la mitad de su espalda descubierta y la mini falda no deja demasiado a la imaginación. Se sienta frente al agotado joven y con cara de aburrimiento le saluda sin mucho amor.
Con carisma y usando sus últimas fuerzas el hombre se acerca a ella, le toma la mano y con expectación pregunta;
-Cariño ¿Cómo estuvo tu día? - sus ojos brillan, a pesar de sus problemas él sigue insistiendo en el amor que ambos se tienen. O que él espera ella le tenga.
-Oh Roberto, deja la intensidad, no quieras controlar lo que hago en mis días. - La expresión en el rostro del hombre se transforma en desilusión, pero aún así insiste en intentar avivar la conversación.
-Y ¿cómo te has sentido amor? sé que el trabajo puede ser duro a veces... -La chica evadiendo la conversación abre su monedero y saca un cigarrillo, lo enciende y sin detenimientos ni consideraciones arroja el humo a la cara de Roberto. El muchacho tose, se aparta un poco y decide seguir con el vaso de Ron.
Un hombre alto lleno de tatuajes se acerca a la mesa donde la tensión y tristeza se reflejan en la cara de un desdichado joven.
-Cindy ¿quieres que siga esperando o me retiro? - el hombre ignora por completo a Roberto, quien escucha atento aunque esperando no tener que intervenir.
-Ronnald, cuando quiera retirarme te llamo. - Y sin decir más el hombre se va.
-¿Quién es él Cindy? - Sin mirarla Roberto sigue jugando con el vaso ya casi vacío, a veces solo desea aparecer en su cama y olvidar todo el dolor, el dolor de su cuerpo cansado, el dolor de un corazón que ama y sin duda no es amado, el dolor de sentirse solo.
-¡No es de tu incumbencia Roberto! - gritó. - Estoy harta de todos tus reclamos, si sigues así te dejaré.
-Cindy, solo hice una pregunta, no reacciones así. - el chico tomó la mano de la mujer en un intento de calmarla pero ésta solo la retiró de forma abrupta.
-¡Eres un canalla! solo buscas poseerme que haga todo lo que tú quieres - todos alrededor voltearon a ver a la pareja que discutía. Roberto sentía las miradas de una decena de personas fijas en él.
-Cindy, cálmate, todo está bien - La voz del hombre era suplicante, solo quería solucionar la situación desagradable con la mujer que amaba, aunque no entendía como se había iniciado el problema
-¡NO! No me calmo. Vives trabajando, nunca estás para mí, y cuando estás solo es para reclamarme cosas. -
-Cindy, solo trabajo mucho para darte los lujos que quieres. - La mujer se levanta del asiento y lo enfrenta ante todo el mundo gritándole en la cara.
-Soy demasiada mujer para un hombre como tú. Ahora dices que trabajas es por mí, canalla-
-Cariño, por favor, no reacciones de esa manera. -Roberto en un intento desesperado de que se quede, toma la mano de la chica, la joven lo mira con desagrado y una vez más se libera de su agarre y con su mano libre le propicia una bofetada al hombre que mira desconcertada toda la situación.
-Eres un imbécil. - y se va del lugar.
Solo, triste, humillado y solo, el joven se queda en el asiento vacío con muchas luces de colores alumbrando su demacrado rostro. A veces solo quiere que todo sea un sueño, que las situaciones mejoren pero nunca sucede. No quiere ver alrededor, no quiere ver los rostros de las personas que lo juzgan, se levanta y camina hacia la puerta siguiendo los pasos de su novia. Pero cuando abre la puerta la ve, subiendo a una motocicleta con el hombre de los tatuajes.
Derrotado, se sienta en el borde de la acera y observa como se aleja la moto. Suspira. Muchas veces su corazón se ha roto, y siempre por la misma mujer. Siempre dice nunca responderá a sus llamadas nuevamente, pero todo es mentira, siempre responde.
Y siempre es peor la circunstancia, siempre son peores los pleitos, son más fuertes y repetitivos los golpes.
No, él nunca se atrevería a dañarla, pero no existe posibilidad de que todo mejore al parecer y él solo está para cumplir caprichos.
Llora por sentirse solo, llora por estar avergonzado, llora por tener el corazón roto.
¿Cuántas veces observamos como las personas interceden ante el maltrato físico a una mujer? ¿Cuántas veces los hombres son maltratados y nadie hace absolutamente nada?
Vivimos en una sociedad hipócrita, donde piden igualdad de género pero nadie la brinda. Donde ven a un hombre siendo humillado pero nadie intercede como sucede con las mujeres. No, no está mal apoyar a una mujer que lo necesite, pero está mal hacerse de ojos ciegos y oídos sordos ante una situación de maltrato ante un hombre.
Es mentira que son menos vulnerables. Es mentira que no son maltratados. Es mentira que no sufren.
Como seres humanos debemos apoyar al indefenso que necesite ayuda, así sea simplemente una palabra de apoyo o un consejo. A veces pequeños actos pueden hacer la diferencia entre la vida y la muerte.
Downvoting a post can decrease pending rewards and make it less visible. Common reasons:
Submit
Downvoting a post can decrease pending rewards and make it less visible. Common reasons:
Submit